Tu Y Yo || Hatake Kakashi

05. Ya no quiero

- Tendré que aconsejarle que evite a toda costa cargar cosas pesadas y se ponga esta pomada todas las noches antes de dormir- dijo entregando un frasco al tipo sentado en la camilla. El hombre le agradeció con sinceridad y después se marchó del consultorio.

La mujer miró el reloj de su muñeca y notó que su jornada había acabado hace treinta minutos. Salió deprisa del consultorio hasta llegar a unos casilleros. Guardó la bata blanca en su mochila para después salir deprisa del hospital, apenas alcanzó a despedirse de unos cuantos compañeros de trabajo y cuando salió ahí lo encontró. Estaba de brazos cruzados recargado en una pared.

- ¿Te perdiste en el camino de la vida?

Rodó los ojos para luego sonreirle. Camino hasta el y lo abrazó, el respondió gustoso al gesto. Luego le bajo su mascara y le robó un corto pero dulce beso.

- Ay! Que asco!

Akimi miró donde provenían las voces y encontró a sus dos pequeños mirándolos a unos pocos metros de ellos, al parecer se encontraban jugando entre el lugar mientras la esperaban.

Katashi, el cual había expresado esas palabras sacaba la lengua en un gesto de asco. Este se parecía totalmente a su padre, a excepción de sus ojos celestes. Su actitud era más extrovertida.

Takashi los miraba con un gesto mas de desagrado que de asco. Este se parecía mas a su madre, con la excepción de tener los ojos de su padre. Era el mayor por unos minutos y era serio y poco social, igual que su padre.

- Creo que tenemos público- dijo Kakashi con burla.

La castaña se separó delicadamente del peliblanco para después ponerse en cuclillas y estirar los brazos hacia ellos. Los niños reaccionaron al instante corriendo velozmente a los brazos de su madre. Akimi los abrazó y besó en la cabeza, mientras los niños le contaban como les había ido en su día.

Después comenzaron a caminar sin rumbo por toda la aldea, disfrutando del hermoso atardecer que ese día les pudo brindar, ya que la pareja habían pedido salir un poco mas temprano para disfrutar de una noche familiar. Después de una hora la familia se encontraba en un parque, los niños jugaban entre los juegos mientras la pareja los miraba sentados desde una banca.

- ¿Hoy hubo mucho trabajo?- preguntó la mujer recargándose en el hombro de su esposo.

- Hmm, solo papeleo- respondió con su tono tranquilo- Shikamaru me hizo firmar unos permisos para nuevas construcciones.

Kakashi miraba como Katashi le pedía a su hermano que jugaran carreras, pero Takashi se negaba. El albino le reclamaba por su negatividad, pero el otro no hacia mas que ignorarle.

Sonrió al notar el parecido entre el y obito cuando eran niños.

- Aveces siento que crecen muy rápido...

La mujer lo miro con una sonrisa curiosa.

- Te sientes viejo Hatake?

El hombre solo río pasando un brazo por la espalda de la castaña atrayéndola a el y abrazándola cariñosamente. Después de unos segundos Kakashi recordó un tema importante que debía hablar con su esposa.

- Akimi- la llamo un poco dudoso.

- Dime.

- Yo...me gustaría...deberíamos...- cerró los ojos buscando la palabras adecuadas- quiero que tengamos otro-

- Mamá!!

Ambos se alarmaron dirigiendo su vista a su hijo paliblanco. El niño gritaba a alarmado señalando el brazo de su hermano, su otros hijo solo apretaba los labios mientras sus ojos parecían llorosos. Akimi observo donde apuntaba el dedito de Katashi y noto como el brazo de su otro hijo no dejaba de sangrar. Kakashi se hacerlo a el albino abrazándolo y tratando de tranquilizarlo, al mismo tiempo que Akimi se acercaba lentamente a su hijo.

- Dejame ver hijo- pidió suavemente, ya que con toda su voluntad trató de mantenerse tranquila para no alarmarlo.

Poco a poco su pequeño castaño empezó a levantar el brazo con algo de miedo. Su hijo tenia un gran pedazo de vidrio incrustado en su brazo izquierdo.

- Estábamos jugando en la resbaladilla- soltó Katashi entre sollozos. Se tallaba los ojos con su manga- y Takashi se cayó sobre la cosa brillante.

Akimi y Kakashi cruzaron seríamente, sus miradas, creyendo saber lo sucedido en aquel lugar.

- Vamos al hospital, ahí tendré el instrumento necesario.