Uno

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“No sé, pero siempre tengo esa estúpida y rara costumbre de escribir sobre todo lo que pienso y lo que siento, es como una grata necesidad de desahogarme, como si al escribir, pudiera calmar un poco las tormentas en mi interior”.

Siempre había soñado con encontrar a alguien que fuese capaz de amarme, incluso con esos pedazos descompuestos, que no buscara entenderme, sino más bien, aceptar que mi realidad es diferente a la de muchos, y entonces apareció ella… en mi clase de literatura, el maestro la llamó al frente para que recitara un fragmento escrito por ella. Que decía más o menos así.
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“fue una mirada benévola
Un hecho inesperado
Un frenesí de besos
De besos e ilusiones
Sin tiempo para anhelar
Un sinfín de emociones
Una confusión infinita
Provocadas por sus sonrisas
Se había parado el tiempo
Y la noche era testigo
De ese increíble suceso
Dos cuerpos convertidos en uno
Haciendo el temible amor”


Wou! Woo!, qué carajos acababan de presenciar mi ojos y escuchar mi oídos.
No entendía cómo era posible que nunca antes hubiera visto a aquella chica. Enigmática e indescifrable como la noche, con sus grandes e iluminados ojos cafés, con una seguridad que intimidaba a cualquiera a su alrededor, pero...

¿cómo?, si mi mirada casi siempre estaba apuntando a libros o cuadernos donde concentraba cada uno de mis pensamientos.
Toda mi vida, había sido bastante extraño, las personas que se acercaban a mí, decían que yo era diferente, que nunca encajaría en este mundo. Me molestaba tanto, no porque estuvieran equivocados, era más bien porque en el fondo sabía que estaban en lo correcto. He crecido, y esas rarezas se han magnificado, pero ya no me molesta que la gente me vea diferente, porque al fin he entendido que así soy, aun me falta mucho por vivir y no pienso malgastarlo tratando de encajar.

La chica…

Desde aquel día empecé a notarla, no me atrevía a acercarme,  solo la observaba de lejos, estábamos en algunas clases juntos, pero a la vez tan distantes, nunca hablábamos, y yo cada vez me obsesionaba más con su presencia. Constantemente llegaban a mi pensamientos en donde en un arrebato de locura, en medio de la clase, yo me acercaba a ella y le confesaba todo lo que me hacía sentir, al hablar, al sonreír, al respirar…



Fue entonces cuando surgió mi primera carta, mi primera despedida…


Agosto 05 del 2.014


“hola preciosa… ¿sabes?, he estado observándote estos últimos días, por favor, te ruego no pienses que soy un psicópata, pero es que… eres especial, probablemente eso te lo habrán dicho un sinfín de veces, y es que aun sin conocerte, sin cruzar siquiera una palabra, te has metido dentro de mis pensamientos.

Cada vez que cruzamos miradas, yo entro en un estado de shock, mi corazón se acelera más de lo normal, mis manos sudan sin parar y mi cuerpo deja de responder.
Es por eso, que necesito pararlo, porque es demasiado loco que te llegue a interesar alguien sin si quiera  hablar con él, sé que no resultará, somos de mundos tan distintos, tú eres luz constante, yo desbordo oscuridad, soy invisible para ti, mientras que tú te has convertido en mi todo. Es por esto, que… con el dolor de mi alma, me despido antes de que empiece… adiós. Mi querido amor fugaz”.

Autora.

Hola!, Hace años que me pasaba por ésta app, pues tuve que dejarla por algunos problemas personales, no me encontraba bien.

Esta historia, es una de mis favoritas, pues, me inspiré tanto cuando la escribir, que fue inevitable hacerla mi favorita, espero les guste, estaré agradecida de que por lo menos una sola persona se tome el tiempo de leerla. Gracias ❤️.

CINCO DESPEDIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora