El accidente

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Obviamente, esa carta tampoco fui capaz de entregarla.

Definitivamente estaba siendo demasiado cobarde, pensaba que quizá nunca tendría las agallas para entregarle ninguna de las cartas y mucho menos la última.

Lo bueno es que estaba de vacaciones y no la vería por dos meses. Había decidido evitar todas sus invitaciones a salir, poniendo como excusa el que estaba muy ocupado con un trabajo temporal que había conseguido, lo cierto es que la pasé encerrado en casa la mayor parte del tiempo, y las otras veces en la playa.

Amaba ir a la playa, sentarme en la arena, con unas cuantas latas de cervezas, observando el cielo, y una vez acabadas las cervezas, me lanzaba al agua, me dejaba caer boca arriba, extendiendo mis brazos y piernas, para así quedar flotando por horas, como disfrutaba hacerlo, era tan relajante, durante ese tiempo no pensaba en nada, solo me disponía a mirar al cielo. La gente me miraba como loco, pero la verdad, es que me importaba poco lo que ellos pensaran de mí, lo único que necesitaba e importaba, era estar bien conmigo mismo, pero como nada dura para siempre, desgraciadamente las vacaciones se acabaron.


Era una persona nueva, todo lo que una vez sentí por ella, ya no existía.

Esos dos meses me habían ayudado a poner mis pensamientos y sentimientos en orden. Sabía que era tonto, pero sentía la necesidad de hacerlo, así que nuevamente saqué papel y lápiz, y escribí una “última” carta:


Marzo 10 2015

“Hola, esta vez seré breve, me pareces, excelente persona, pero definitivamente venimos de mundos tan distintos, en fin, ya tengo amigos y no necesito a nadie más en mi vida, me sobra y me basta con los que tengo, de igual forma sé que no te importará, tú, estas rodeada de personas, no te hace falta nada. Adiós, cuídate mucho y siempre sé tú”.


Llegué a clases, con aquella carta en mi mochila, salimos al recreo, ella salió muy rápido, yo fui detrás, caminó mucho más rápido, entonces comprendí, me estaba evitando, Camila se había cansado de mí, no entiendo por qué me sentía tan mal, si era exactamente lo que quería, alejarla definitivamente de mi vida.
Pasaban los días y ella no me hablaba, no sabía que estaba pasando ni por qué la actitud tan apática, era como si yo no existiera, como si todo lo que habíamos vivido le había importado poco.


Me alejé de mis amigos, empecé a sacar bajas calificaciones, todo había dejado de importarme, ya nada tenía sentido para mí, hasta que un día, finalmente toqué fondo y esta vez de verdad.

15 de junio 2015


Me disponía de camino a casa, iba tan elevado, pensando nuevamente en ella, en cómo recuperarla, y es que la deseaba cerca, así fuese solo como amiga, de repente, sentí como algo me arrojó al suelo con mucha fuerza.

Estaba tendido en el piso sin poder moverme, pero me daba cuenta de todo, un coche me había atropellado, estaba tan ido que no me di cuenta que iba en medio de la carretera, no sentía mi cuerpo, no sentía dolor, solo escuchaba voces que no lograba identificar, hasta que mis ojos se fueron cerrando poco a poco y finalmente perdí el conocimiento.

CINCO DESPEDIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora