Capitulo 15. El nacimiento de la señora Salvatore

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Estaba cansada de que todo el mundo decidiera por mi. Yo no tenía ganas de salir con Vittorio; mucho menos quería usar ropa cómoda (ni siquiera tenía). Yo solo quería romper con el patrón por un minuto, así que me arme de valor.

Subí a mi habitación y me cambié la ropa como él lo pidió, aunque no elegí algo cómodo; en realidad escogí algo vistoso. Use el vestido rojo que tenía los hombros descubiertos, además claro: el sombrero que iba a juego. Sin olvidar los stilettos negros que combinaban con las gafas de sol. Lucia fabulosa.

Terminé luciendo como la maldita señora Salvatore. Por supuesto que me sentía como si el mundo me perteneciera, y actuaría como si eso fuera cierto.

Me escabullí hasta la oficina de Vittorio. Por casualidades de la vida, había descubierto que ese era el lugar en donde Vittorio guardaba las llaves de sus autos. Para mi buena suerte el lugar estaba vacío, y robarle fue bastante sencillo.

No tuve tiempo para escoger. Sólo tomé lo primero que se cruzó en mi camino y salí muy rápido de su oficina. Me daba terror que alguien me encontrara justo cuando estaba haciendo algo muy, muy estúpido.

—Señora, il capo la busca —la voz de Nello me sobresaltó—. ¿Pretende escapar? Vi lo que guardó en su bolso.

—No quiero escapar, tonto —suspiré—. Pero las cosas cambiarán a partir de hoy. Dile a Vittorio que robé su auto —saqué las llaves de mi bolso—, aún no sé cuál; pero cuando llegue al garaje lo averiguaré.

—No, no puede usar ese auto

El hombre me arrebató las llaves de la mano y entró de nuevo a la oficina. Yo me quedé helada frente a él, aunque no por mucho tiempo no quería que me quitara el poder así de fácil, así que lo seguí.

— ¡Regrésamelas! —chillé en voz baja.

—No, il capo jamás la perdonaría si llegara a hacerle un rasguño a ese auto —tomó una de las llaves que colgaban de la pared—. Tomé. Es la camioneta negra que está al final del garaje. Cerca de la salida. I'l capo no se enojara si raya esa camioneta.

¿Qué clase de señal era esa? ¿Nello estaba dispuesto a ayudarme? Pero... ¿por qué?

— ¿Por que lo estás haciendo? —fruncí el ceño—. Esto es algo muy raro.

—Quiero hacer algo bien, por primera vez.

¿A qué se refería con "Quiero hacer algo bien por primera vez? No, no en realidad no me importaba lo suficiente como para quedarme a escucharlo. Le sonreí a modo de agradecimiento y luego tomé las llaves para escabullirme con cuidado hasta el garaje. Más pronto que tarde: ya había subido en la camioneta que Nello me había dicho.

Quizás era una trampa de ese hombre castaño para quedar bien con el hombre al que todos parecían adorar en esa casa. Después de todo, supongo que Vittorio adoraría a aquel que detuviera a su esposa fugitiva.

Sacudí la cabeza y fruncí el ceño. Alejé el miedo de mi cabeza y subí por fin a la camioneta. Tenía inquietudes, mejor dicho: paranoias. Mi cabeza me decía que Vittorio podría salir en cualquier momento del asiento trasero para asustarme... pero no. En esa camioneta sólo estaba yo.

—¡Que alivio! —exhalé expulsando toda mis frustración.

Una sonrisa gigante se pego a mi cara en cuanto me di cuenta que podría salir sin problema alguno. Entonces arranqué el motor y me dispuse a salir. Admito que me sentí muy estúpida cuando noté lo sencillo que me resultó dejar la casa.

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⏰ Última actualización: Oct 08 ⏰

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