Esperando a el amor.

Discretos.

-Que estaban haciendo!?- nos reprendió la señora Mónica.

Ninguno dijo nada, por lo que continuó hablando.

-Donde está mamá Logan?- se sorprendió al no verla.

-No la he visto en el día entero- dijo mirando por todos lados.

-Estoy aquí, no se alteren- entró la señora Roberts por la puerta mostrando unas bolsas de supermercado.

-Mamá, por que no me avisaste que saldrías?- dijo Mónica, sintiéndose aliviada.

-Cuando te fuiste estabas tan ocupada en tu celular, que no oiste que dije “Voy al súper esta tarde"- dijo enojada.

-Lo lamento mamá, no te había prestado atención- Mónica se sonrojó de la vergüenza.

-Da igual, voy a dormir. Últimamente me ha dado mucho sueño- dijo la Sra. Roberts bostezando pesadamente.

-Yo también tengo mucho sueño. Bye- dijo Rachel entrando a su habitación rápidamente.

Mónica se nos queda mirándonos detenidamente, debe estar confundida.

-Ahora si me dirán que pasó aquí?- dijo mas tranquila.

-Mamá, Madison aceptó ser mi novia- dijo Logan con una sonrisa bobalicona.

-Que!?- soltó-No me dijiste que estaba con un tal Flynn?- dijo a Logan, pero observándome.

-No señora, es Finn. Él fue el cómplice de algo que nunca en mi vida pude imaginar, usandome para una terrible apuesta- dije.

-Lo siento tanto Madison- dijo.

-No se preocupe, Logan es una persona maravillosa. Me apoyó todo el tiempo, me defendió, me comprendió y sobre todo nunca de rindió. No bastó mucho para deducir que le gustaba, que siempre quiso lo mejor de mí y que sólo protegía mi inexperto corazón, desde entonces  supe que a su lado siempre me sentiría así, por eso lo quiero mucho- dije.

-Yo también te quiero Maddie- Logan me dio un abrazo.

-Cariño, porque no llevas a tu novia a su casa? Rose debe estar preocupada- dijo Mónica con una sonrisa.

-Tiene razón, pero no es necesario llevarme. Esta justo al lado- dije en broma.

Ambos asientieron y me abrieron la puerta.

-Buenas noches, te quiero- dijo Logan.

Gracias señor, por permitirme que este pedaso de cielo caiga frente a mi puerta.

-Buenas noches, para todos- me despedí.

Caminé por la acera desierta rápidamente, comenzaba a hacer mucho frío por lo que estoy congelada.

Escuché pasos detrás de mí, por lo que aceleré mas el paso.  Al tocar la puerta, esperé que habrieran y rápidamente me adentree.

-Mamá?- grité, extrañada por no verla.

¿Entoces quien me abrió la puerta?

-Mamá?- comenze a ponerme histérica.

Busque por todas las habitaciones y pasillos, pero no encontré nada. Estaba en su habitación y se escuchó un ruido proveniente de la cocina.

Cuando fui, no había nada extraño hasta que sonó en teléfono de la casa en la sala.

Asustada me dirigí lentamente hasta donde se eschuba el sonido.

-Ha-aa-lo?- pregunté nerviosa.

Se escuchó un sonoro suspiro en la otra linea.

-Hija, soy yo. Necesito que te escondas ahora mismo- dijo en un hilo de voz.

-Que esta pasando?- susurré aún más asustada.

-Alguien nos amenazó de muerte- dijo nerviosa.

-Y donde estás mamá?- dije caminando hacia las escaleras.

-Hija, no se donde estoy. Por suerte tengo mi celular en mano, sal de la casa, protegete- dijo sollozando.

-Te amo, mami- dije con lágrimas en los ojos.

Y si no la vuelvo a ver?

La línea se cortó antes de que contestará, asustada tire el teléfono y salí corriendo por la puerta trasera.

Cuando estube afuera, azomé la cabeza por la esquina derecha de la casa para poder ver la entrada.

No había nadie afuera, solo la calle.

-No fuiste lo suficientemente inteligente esta vez- susurraron

a mi oído y me tomaron por la cintura, apretandome fuerte.

Callaron mi nariz con un pañuelo blanco, arrojé un grito ahogado y mi vista se nubló.