Magic Kaito:"Hechizo De Amor"

Capitulo 7:"Inocencia"

Bueno.

Este era el momento en donde no sabía como explicar y sentirse en una situación como esta. Sentía que estaba en una especie de película estereotipada estadounidense.

Estaba en medio de una playa, tomando sol tranquilamente, con chicas muy lindas con trajes de baño mojandose en el mar. Bien, ahí no había nada malo en eso.

Pero algo molestaba su vista.

Aoko caminaba con Hakuba agarrada de su brazo derecho, hablando de lo más normal del mundo. Ella lo miraba con admiración, mientras el gozando de eso, hablaba animadamente. Estaba más que seguro que estaba hablando de Sherlock Holmes.

Y cuando no estaban caminando, se sentaban y Aoko apoyaba su cabeza en su hombro mientras el tenia una sonrisa de triunfo. Demonios, esto lo estaba enfermando.

Y si no fuera poco, Akako estaba sentada al lado de el disfrutando de todo esto tomando una malteada mientras un chico le hacía masaje.

- Esto es magnífico Jojojo -festejo feliz la bruja haciendo su típica pose de risa.

- Si, seguro -se sentó como indio observando a la parejita "Melosa" como lo apodo. Se acomodó los lentes de sol y sepoyo su mentón en la Palma de la mano mientras el codo en la pierna.- Maldicion, por su culpa no puedo ver a las chicas desfilando sus nuevos trajes de baño.

- Pero que cosas dices, Kuroba -ella se acercó peligrosamente a él, levantó un poco su pecho provocativa.- Si puedes mirarme solo a mi...

- Nha, paso.

- ¡¿Como te atreves a decir con desinterés el cuerpo de Akako-Sama?! -le regaño el chico que le hacía masaje.

Kaito tan solo rodo los ojos. En un nuevo intento de ver si el detective se le iba la mano con su mejor amiga, vio que ya no estaban caminando. Fruncio el ceño ante esto, y empezó a mirar de un lado para otro.

Observo que Aoko sentada le estaba dando la espalda a Hakuba diciéndole algo. Levanto sus lentes sin entender el propósito hasta que vio que Aoko le pasaba un protector solar.

- ¿Seguro que no quieres también ponerme a mi crema solar?.... -le pregunto la pelirroja agarrando del brazo provocativa. Levanto la ceja al ver que no se movió, tan solo miraba atento lo que pasaría entre los tórtolos. Fruncio el ceño al ver que convirtió sus manos en puños.

- ¿Segura que quieres que te pase protector solar en la espalda?... -pregunto avergonzado Hakuba. Aoko asintió toda roja.

No sabía del porqué, pero estaba más que encantado que la hija del inspector lo aprecie tanto. Va, tampoco de esa forma, pero veía amor y admiración en sus ojos azules. Siempre le fascinó sus ojos, era parte de su atractivo, junto a sus piernas y Delgado cuerpo. No negaría el hecho que siempre le atrajo, pero nunca pensó que tanto como ahora. Desde que ella se volvió más pegada a él... Simplemente estaba feliz por la situación.

No sabía la razón del que de un momento a otro, lo haya querido mucho, pero suponía que sería por lo que pasó con Kuroba. Aunque bueno, eso lo pensaría más tarde al ver que Aoko estiraba su mano detrás suyo y desataba su traje de bajo y rápidamente sostenía con sus manos la parte delante, dejando completamente desnuda su espalda

- "E-espera..." -Hakuba analizó la situación por la que estaba viviendo. Trago duro al ver lo difícil de esto. Mierda, no podía ante lo incosientemente seductora que Aoko Nakamori estaba haciendo en estos momentos. Seguro de si mismo, abrió el producto y se lo puso en su mano.

Este sería el momento en donde por primera vez tocaría la espalda desnuda de una chica.

- "Maldicion..." -se mordió el labio mientras acercaba sus manos.

Antes de siquiera rozar su piel, algo lo golpeó la cabeza, empujándolo y apartandolo bruscamente y terminando tragando arena.

- Lo siento pomposo, pero no tiene experiencia en esto -Kaito lo había empujado con su pie. Claramente no iba a permitir que la toque bajo ningún termino.

- ¡Kaito! -Aoko se sorprendió ante esto. Hakuba estaba entretenido intentado escupir toda la arena tragada y sacar la arena pegaban con la crema en sus manos.- ¿Que estas haciendo?

- Nada, ya sabes -con tranquilidad se puso la crema en las manos. Antes de decir algo, siento algo viscoso y cálido en su espalda, mientras un escalofrío le recorrió cuando la calidez se extendió por toda la espalda.

- ¡Bakaito, no lo hagas así tan repentino! -le regaño avergonzada sosteniendo más suerte su bañador contra su pecho.

- ¿Que te sorprende? -le pregunto fingiendo desinterés mientras esparcía la crema por su espalda. Estaba encantado con la suavidad de su piel.- ¿Cuantas veces ya te puse el protector? Además de tocar tu trasero y pecho.

- ¡Kaito!

No contestó, estaba encantado cayendo en una seducción completamente inocente de Aoko. A eso a él le fascinaba. Maldicion, su piel está muy suave. Aoko lo llevaría a la perdición.