Capítulo 10.

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Quién diría que llegaría el día en que despertaría junto a James Ransone. En la misma cama. Desnudos. Esto si que era una vuelta del destino fabulosa.

Bill Hader se sentía efervescente de felicidad apenas al despertar, apesar de que realmente habían dormido muy poco. Miró a James y sonrió enternecido, pues éste dormía profundamente.

Salió de la cama con sigilo y se dirigió a buscar algo de comer. Se podría decir que la sonrisa que brillaba en su rostro le podía hacer competencia al mismísimo sol.

....

Me acosté con Bill Hader.

Es el primer pensamiento que llega a la mente de James cuándo despierta y lo invade el olor de las sábanas, impregnadas por el perfume de su compañero.

Todos sus sentimientos son un revoltijo en ese momento, en un paso vertiginoso desde el beso que le dió Hader estando borracho hasta... Pues hasta éste momento.

No le preocupa que Bill no esté en la cama, lo conoce bien y sabe que lo primero que hace al despertar siempre es atacar la alacena. Él por su parte, necesita una ducha. Se estira y observa la luz que entra por la ventana, el clima mejoró considerablemente.

Se levanta, pasándose una mano por los desordenados cabellos y camina al baño entre bostezos.

....

—¿Jimmy?— la voz de Bill le llega desde la puerta del baño.

Escucharlo le vuelve nuevamente el estómago un revoltijo, porque eso quiere decir que de verdad pasó. ¿Y si ahora está arrepentido? ¿Y sí...?

—¿Crees que pueda pasar?— termina de preguntar Hader con voz nerviosa.

Okay, definitivamente no era lo que esperaba escuchar. James apega la espalda a la pared lateral de la ducha con el corazón latiendole a gran velocidad.

—Cla-Claro.

Se escucha el sonido de la puerta del baño cerrarse y luego los pasos de Bill.

Oh dios mío, piensa James, y es que descubre que ésto no le desagrada en lo absoluto, se siente también que tal vez... Tal vez lleva teniendo éstos sentimientos por Bill desde hace mucho, solo que no se había dado cuenta.

La cortina de la ducha comienza a correrse con lentitud.

....

La imagen ante los ojos de Bill lo paraliza un momento. James los mira con las mejillas algo enrojecidas, con la espalda pegada a la pared mientras el agua le escurre por el cuerpo. No puede evitar morderse ligeramente el labio al verlo.

Entra, guardando cierta distancia al principio. En ningún momento rompen el contacto visual. A Bill comienza a inquietarle el silencio, así que dice:

—Prometo que hoy tendremos una cita.

Eso hace reír a James, y de pronto la tensión que los envolvía se desvanece.

—Eso me gustaría— asiente el más bajito, acortando un poco la distancia entre ellos.

Hasta ahí llega la fuerza de voluntad de Bill. Se inclina sobre James, que vuelve a pegar la espalda a la pared, y le besa mientras el agua se desliza por los cuerpos desnudos de ambos.

I'm actor | Hadersone.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora