I'm actor | Hadersone.

Capítulo 1.

Ser actor tiene sus beneficios. El principal de ellos (según Bill Hader, al menos) es la facilidad para poder ocultar cosas. Y no, no hablamos de mentirosos empedernidos ni cleptomanos, sino simplemente de un secreto que prefieres que se mantenga así, secreto.

Todos tenemos secretos, vergonzosos, malos, quizás hasta traviesos, pero hay que reconocer que un actor está en ventaja a la hora de ocultar uno. Sus gestos, sus respuestas, todo pueden fragmentarlo y así disimular cosas que sería imposible que otros escondieran del todo: Un enamoramiento, por ejemplo.

....

Bill se ajusta el corbatín con la vista fija en el espejo. En unos momentos, él y todo el elenco protagonista de It chapter 2 estarán en la premier.

—¿Ya estás listo, Hader?— James Ransone se afirma en el umbral de la puerta del baño y lo observa con una sonrisa de medio lado.

—Siempre listo, Jimmy— responde Bill, devolviéndole una sonrisa siempre alegre de verlo.

Eso de los apodos ha sido cosa de ambos desde el primer día en el set. Básicamente había sido un reencuentro, porque ya se habían conocido hace diez años en una audición. Aún así, James al saludarlo, lo había llamado “Hader” (por su apellido) con formalidad, y Bill se había desternillado de la risa y le había dado unas suaves palmaditas en la espalda.

“No hay necesidad de formalidades, colega” le había dicho, y para demostrarlo le había llamado Jimmy. Eso había hecho reír a James, y Bill se había sentido atraído hacia él desde ése preciso momento.

Al final, ése había quedado como su chiste personal. James lo llamaba "Hader" y Bill lo llamaba a él "Jimmy". Le gustaba que entre ellos existiera esa pequeña complicidad.

Bill se acercó a James, que lucía un traje sin corbata, mucho más al estilo neoclásico (él hubiera usado jeans si pudiera, pensó, y sonrió de pensar que lo conocía muy bien), y le dió una palmadita en el hombro.

—Hora del espectáculo— dijo.

—Espera— James lo detuvo, tiró un poco de él hacia atrás y llevó las manos al cuello de su camisa.

Bill se tensó y tragó saliva con lentitud, pero James simplemente le acomodó el corbatín.

—Ya está mejor.

—Okay, señor detallista— bromeó, más que nada para aligerarse el corazón, y James le dió un ligero empujón amistoso.

—Vamos, el auto ya está afuera.

—Genial.

Mientras caminaban al auto, Bill volvió a preguntarse porque no había intentado nada con James. No tenía problemas con su sexualidad (es decir, ¿has visto sus papeles en la televisión), pero tal vez se debía a que creía que James iba a alejarse de él y si lo sabía, y dios, James era demasiado bueno para éste mundo y no quería perderlo.

Se subieron a la limusina. James & Bill. Se contentó pensando en que sonaba bien.

—¿Estás nervioso?— preguntó Hader, con intención de iniciar una conversación.

—Tal vez un poco— medio sonrió James. Éste era su primer gran proyecto, pues Ransone siempre le había hecho más al cine alternativo.

Era humilde, una de la millonada de cosas que a Bill le gustaban de él.

—No tienes que estarlo, va a ser asombroso— lo abrazó por los hombros.

—Lo sé.

No tenía ni idea, en realidad, de todo lo que iba a pasar esa noche.