La temperatura del agua era ideal para nadar, por lo que todos nos lanzamos al mar a nadar.
Éramos muchos, pero el océano es tan generoso y amplio que nuestro grupo parecía muy pequeño.
De pronto y de las oscuras profundidades, apareció un grupo de orcas que nos comenzó a cazar despiadadamente....no tuve más alternativa que separarme de mi grupo de pingüinos y arrancar para tratar de salvar mi vida...
Nadé y nadé y nadé mientras era perseguido por uno de esos enormes monstruos, al que se sumó un grupo de lobos marinos. Uno de los lobos se acercó tanto que casi muerde mi cola.-
Por fin llegue a la orilla. Pensé que me encontraba a resguardo, pero uno de los lobos salió del mar y comenzó a acercarse a mí en la orilla.-
Desesperado y aterrado, comencé a lanzarle arena y piedras dentro de la boca.....una a una las piedras fueron entrando en la boca del lobo marino. Al poco tiempo dejo de acercarse y comenzó a convulsionar y luego a vomitar las piedras, la arena y después intestinos!!!
Con ojos desesperados y una voz extraña me miró a los ojos y me preguntó...
¿Yo que hago aquí?
Le respondí - No lo sé - y me retiré con el singular andar que tenemos los pingüinos.-
Lo último que recuerdo de aquel lobo es que estaba tras las rejas.-
FIN