Capitulo 12

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Narro yo

Delia estaba tranquilamente en el centro comercial cuando sale de una de las tiendas, ve a un grupo de niños pequeños junto a tres chicas que los vigilaban... ellas estaban paseando a los niños huérfanos de la cuidad Verde o eso parecía.

A Delia se les hizo muy tierno verlos como jugaban y reían como si su pequeña condición no existiera.

Decidió dar una pequeña vuelta por el centro comercial hasta que compró algo que le gusto y algo que lo mandaría por correo a su hijo.

Al salir pasó por un parque, ya no le daba mucho miedo la ciudad pues ya no sentía esa mirada que hacía que se le pararan los pelos... todo era tranquilidad hasta que... vio algo que no andaba bien.

Se acercó y vio que unos Pidgeys atacaban a un pequeño niño de aproximadamente seis años, ella no lo dudó y se acercó pero el niño salió corriendo al bosque con los Pidgeys siguiéndolo, no lo volvió a dudar y salió corriendo también al bosque, tratando de seguir y darle alcance a los Pidgeys y al pequeño.

Después de unos minutos logró divisarlos... el niño estaba en el suelo mientras lloraba y los Pidgeys lo atacaban, con la bolsa que tenía en esos momentos comenzó a pegarles a los Pidgeys para que dejen al niño, logrando lo que quería las aves salieron volando del lugar.

Trató de ver al niño y preguntar si estaba bien cuando de pronto el niño sale corriendo, adentrándose más en el bosque.

Delia lo siguió por mucho tiempo hasta que escuchó un llanto y se acercó...

El niño se había tropezado y estaba en el suelo llorando.

- Tranquilo... no te haré daño... solo quiero ayudarte - dijo pero en ese momento se escucharon voces en el bosque... haciendo asustar al niño y a ella pues también se escuchaban Pidgeys.

Levantando al niño del suelo y cargándolo se dispuso a correr lo que más podía... el niño estaba completamente asustado.

Delia pov

Sentía miedo, mucho miedo como hace tiempo que no sentía y lo peor es que el niño al cual estoy cargando está muy asustado pues no deja de temblar y de abrazarme fuertemente.

Seguí corriendo hasta que llegué a un pequeño río, me detuve, ya no se escuchaba que nos siguieran.

Dejé al niño en una roca grande que estaba ahí pero él no dejaba de llorar, algo me decía que se había lastimado.

- ¿Te duele en algún lugar? - dije con una preocupación extraña y él trató de pararse pero hizo una mueca de dolor.

- M-me d-duele la r-rodilla - dijo entrecortadamente

- Dejame ver - le dije y analicé un poco su herida, busqué en el bolsillo de la falda que traía puesta y encontré un pañuelo de color celeste, lo mojé y se lo puse alrededor de su rodilla como si se tratara de un vendaje... yo... ya tenía experiencia en esto por Red.

- Intenta caminar - lo animé con una sonrisa

- ¿Y-y si m-me d-duele? - dijo mirándome con su carita llorosa.

- Mmmmmm... ya sé, está técnica la realizaba con mi hijo cuando se caía y se lastimaba como tú - dije

- ¿C-cuál es? - dijo

- Sana, sana, culito de rana, si no sana hoy sanará mañana - dije mientras frotaba un poco sobre la herida con cuidado - Ya está puedes ponerte de pie - dije

El niño se bajó de la roca y apoyó su pie en el suelo y por su cara obviamente estana sorprendido.

- ¿Cómo lo hiciste? Ya no me duele - dijo sorprendido y viéndome - ¡¡Funcionó!! no me duele mucho - dijo y me regalo una dulce sonrisa.

Amor de MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora