No Te Vayas, Por favor. (Country Humans España) [TERMINADA]

6.

Entró en el baño, la respiración algo agitada y sus manos temblorosas mientras que la gente que había en el exterior lo miraba andar, algo preocupados pero sin darle mucha importancia al país. El español también se sorprendió al no ver a sus hijos en la sala cuando despertó, cosa que lo hizo ponerse más nervioso. Cosa que luego hablaría con ellos en casa.

Al ir mirando hacia el suelo hizo que al principio no notara la presencia de esa persona que tanto odiaba, pero que a la vez, también consideraba como alguien cercano a él. Se miró al espejo, viéndose a sí mismo reflejado en él pero a la vez a alguien más a su lado, al quien que realmente no estaba allí. Sólo en su cabeza. Las lágrimas empezaron a brotar de su ojo sano, mientras que el líquido negro empezaba a escaparse por los huecos del parche, las náuseas invadiendo su cuerpo al ver la figura y el rostro de ése hombre que tanto conocía, y del cual había visto sus brazos una y otra vez en sueños ahogándolo, no dejándolo respirar y haciendo que despertara con sudores fríos y ganas de llorar. Su aspecto era cuidado, con una corona en su cabeza, mientras que su piel blanca y translúcida se reflejaba de forma suave en el espejo, la luz tenue del baño, de cierta forma, cegando a España.

- Hijo... - dijo la desconocida figura masculina que allí estaba, sólo mirándolo, una sonrisa maliciosa en sus labios, mientras que sus dientes afilados como cuchillas se veían al hablar, los mismos que el español había heredado.

- ¡Cállate! - gritó el español, está vez con su voz algo más quebrada y afligida, mientras intentaba limpiarse las lágrimas negras que caían por su mejilla derecha. - Ni una puñetera palabra, ¿me oyes, gilipollas? - volvió a decir, esperando que el otro obedeciera, cosa que no hizo realmente.

- Tan rudo y estúpido... ¿cómo siempre, no? - respondió el hombre, que ahora sólo se acercaba al español, colocando una mano en su hombro, mirándose al espejo, y entonces mirando al menor.- ¿no te enseñé que a tu padre hay que respetarlo, España?

El pelirrojo apretó el puño, y girándose de forma brusca soltó un puñetazo al aire, ya que aquella persona sólo se encontraba dentro de su cabeza, y sólo él podía verlo. Mientras tanto, el que parecía solo un reflejo en el espejo dejó escapar una risilla, observando a su hijo tratar de golpearlo en el aire. El Imperio Español sólo apretó una mano contra la mejilla de España, mientras que lo hacía mirarse al espejo. La otra mano, mientras tanto, sólo se encontraba en el hombro del más joven.

- Mírate bien en el espejo, niño... Por más que lo quieras, tú eres yo, y yo soy tú. Solo eres una versión más moderna de mí, una sombra de lo que una vez fui... ¿No te das cuenta de ello, España? - siguió hablando, mientras trataba de romper al español un poco. Esas palabras se le clavaron como estacas en el corazón, ya que en el fondo sabía que eran ciertas, aunque no quería admitirlo- sólo eres un pequeño incompetente, que dependes de tus comunidades para poder vivir... Mírate. Sólo mírate y dime... ¿Porqué no haces algo y enseñas tu autoridad como padre ante las pequeñas mierdas que tienes como hijos...? ¿No crees que sería más fácil a la fuerza? - finalizó, una sonrisa malévola en la cara.

España seguía observando su reflejo mientras que más palabras se clavaba en su pecho como pequeños puñales, sus manos temblorosas empezaban a fallarle mientras que se intentaba sujetar con fuerza al mármol blanco que conformaba el lavamanos. Su padre, en cambio, la figura espectral ahora presionaba su mano sobre la mejilla del chico y la movía levemente hacia arriba, como si limpiara el maquillaje de su rostro, aunque realmente lo único que hizo fue mostrar los tonos de piel que su padre tenía. La cruz de borgoña con su fondo blanco apareció cuando el hombre de mayor estatura pasó la mano por la cara de él, y el español sólo dejó ir varios sollozos y los ojos abiertos como platos, apartando la mano imaginaria de su padre que le había destintado la cara de nuevo, aunque, como siempre, sólo estaba dentro de su imaginación.