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Un espectáculo espantoso se divisa a frente a él: guerra, destrucción, muerte... Todos los recuerdos que él había querido bloquear de repente volvieron a su mente, haciéndole llorar y caer sobre sus rodillas mientras que desde dentro de una superficie transparente lo observaba todo. A sus lados estaban dos personas de pie, calladas, mirándole y contemplando de vez en cuando el paisaje de desolación fuera de allí.

- ¿Qué...? ¿Porqué me enseñáis esto? ¿Porqué no me dejáis olvidarlo...? - habló el español, su voz rompiéndose en pedazos, mientras que la mujer dejaba ir un suspiro y se acercaba a él, su mirada era triste, al igual que la del otro hombre, pero de forma alguna éstos dos no estaban discutiendo, como habían hecho siempre.

- Sabes que no puedes olvidar una cosa que es parte de ti, que tú has luchado en ella... No puedes huir del pasado, España. Nadie puede... - hablo República, mirando ahora al frente, a una pila de muertos en el suelo que las propias comunidades autónomas habían tenido que apilar a las órdenes del comandante: el franquista, el cual era el otro presente en aquella sala, pero a la vez estaba de pie delante de ellos, fuera de la caja, sonriente, orgulloso de haber ganado la guerra, de haber matado a su otra mitad...

Sus recuerdos hacían que sus sueños se convirtieran en pesadillas, que sudores fríos aparecieran en su frente mientras que algún temblor empezara a producirse en sus manos. No podía evitarlo, al igual que ahora no podía evitar mirar atrás evitando la masacre, la sangre, la muerte que se encontraba fuera de aquella superficie donde los tres se encontraban, mirando a las dos personas, ahora llorando, pero no el líquido negro, no. Ahora solo caían lágrimas cristalinas por sus mejillas, un llanto silencioso que quedaba expresado en su cara, mientras que sus dos mitades, República y Franquista, lo miraban de forma lastimosa. El español, aún tirado en el suelo, sollozaba en silencio, y los dos se acercaron y se sentaron a su lado, también en silencio para no interrumpirlo.

- ¿Qué he hecho...? ¿Qué cojones he hecho...? - murmuraba el español, mientras que más lágrimas caían, su voz casi inaudible, y sus ojos ya algo rojos. - ¿Tanto miedo me tienen...?

- Oye... España. Cálmate, ¿quieres? - habló ahora el Franquista, su mirada baja, y su mano dirigiéndose al hombro del español, el cual éste apartó enseguida al grito de "no me toques". Entonces, apartó la mirada, y volvió a dejar su mano reposando sobre su propia rodilla.

- España, por favor... - dijo ahora la Republicana, una mirada afligida en sus ojos mientras que simplemente lo observaba.- sabes que aunque quieras no puedes huir de nosotros, que al fin y al cabo somos parte de tu pasado y de todas las acciones que has realizado... Somos una parte de ti, España, una parte de la que no puedes huir.- finalizó, dejando hablar al Franquista, el cual tenía algo más que decir.

- España, escúchanos por favor... Queremos ayudarte, no hacerte más daño.- Habló, despacio y tranquilamente, mientras que sus ojos se dirigían de nuevo a la cara del español.

No le salía la voz al país mientras los escuchaba, al igual que un ardor en la garganta lo obligó a toser, echando algo de sangre dentro del propio sueño, mientras los dos lo observaban sin hacer nada.

- C-callaos de una puñetera vez... - logró finalmente decir, con un tono de voz áspero y rudo, mientras que se daba unos cuantos golpes en el pecho para intentar ayudar a toser menos, cosa que realmente no funcionaba. Los ruidos de los disparos seguían presentes en el fondo, pero España ya se había acostumbrado a ellos y ya ni le importaban.- dejadme ir...

Ahora fue el fascista el primero en hablar, después de soltarle una bofetada al español para que se callara y se calmara. En el fondo no había cambiado tanto...

- Mira, puto inútil. Escucha lo que te estamos diciendo. Mira los errores que cometiste en el pasado e intenta arreglarlo de alguna forma, que no te enteras -bufó, cruzándose de brazos, mirando a la republicana, la cual lo miraba con cara de "ya la has cagado".

El español le miró, aún con lágrimas en los ojos, y frunciendo el ceño y alzándole la mano de vuelta, se levantó. Era algo más alto que el franquista pero no demasiado, y sólo tenía ahora lágrimas de rabia, esta vez sin sentirse culpable de haberle pegado al otro, ya que en parte se estaba desquitando contra sí mismo.

-¡Todo es vuestra puñetera culpa! - gritó, ahora enfadado- ¡Si no hubierais decidido aparecer, nada de la guerra civil hubiera pasado, nada de que mis puñeteros hijos me odien habría pasado! Todo es vuestra jodida culpa... Todo es por vosotros... - siguió diciendo, mientras que su voz se volvía más tenue, como si fuera una vela a punto de apagarse, mientras que su suave llanto ahora ahogaba sus palabras- T-todo es culpa mía... Todo lo que he hecho, vosotros... Todo era yo al final... ¿Porqué...? ¿A-acaso soy un monstruo... ?

El español dejó de hablar, para que al final un grito ahogado saliera por su garganta mientras volvía a dejarse caer de rodillas al suelo, sujetando su cabeza con ambas manos y tapándose la cara, avergonzado de sí mismo. Mientras tanto, las otras dos personas en aquella habitación discutían con la mirada, la republicana finalizando al soltar un suspiro y desvanecerse, y el franquista solo dedicándole una mirada lastimosa al español y volviendo su vista al paisaje de fuera de la habitación, dejando ir algo en voz baja, algo que el español no logró entender del todo.

-... Estaré esperando. - logró escuchar, algo confundido, mientras que el otro también se desvanecía en el aire, dejándolo sólo entre aquellas paredes transparentes.

Cansado de estar allí lamentándose a sí mismo, llorando incontrolablemente, básicamente mostrando como era en realidad: débil, alguien más, roto mentalmente por culpa de su padre, con miedo a la muerte... Sólo se sentó inmóvil, observando el exterior con un rostro inexpresivo, ya ni una lágrima cayendo por sus mejillas, roto por dentro. Este tipo de memorias era algo que prefería bloquear ya que le producían ese tipo de sentimientos, de vacío, y quería solo olvidar todo el dolor y la agonía de esos tiempos. Finalmente se levantó, y dejando tomando aire y dejándolo ir, dio unos pasos hacia atrás para finalmente correr hacia el material transparente y estrellándose contra el, como si de cristal se tratara, rompiéndose en mil pedazos, mientras que el español se cubría la cara con sus brazos, y cuando los apartó de su cara y levantó levemente la vista, observó el cielo naranja y de repente un destello, cegándolo.

Y de repente volvía a encontrarse en el baño, en el suelo donde había pasado la noche. Mirando a su alrededor, advirtiendo la luz que provenía de la ventana del baño cayendo en su cara y levantándose del suelo para estirarse, notó un leve pinchazo, el cual no era tan doloroso ya, mientras que oía llamar a la puerta del baño, y varias voces provenientes de fuera con quejidos y chillidos.

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1184 palabras uuuuuh, algo más cortito de lo normal jsjsjsjjsjsjsjsjsj

No Te Vayas, Por favor. (Country Humans España) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora