Capítulo 23: Esta es nuestra misión.

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Resumen: Tres meses han pasado desde que Sarada y Seikan dejaron la aldea de la hoja; ahora buscan pistas sobre la amenaza de los otsutsuki pero sus esfuerzos no parecen dar resultados, los que los obligará a tomar grandes riesgos.

Lo último que Sasuke le dijo a Sarada antes de morir fue que él la amaba, esas palabras acompañaban a la Uchiha en todo momento y a toda hora; más allá de hacerla sentir triste, esas palabras la confortaban, le daban la fuerza para seguir caminando en momentos difíciles.

Sarada estaba perdida en sus sueños y una voz la llamaba a lo lejos, sin saber de quién se trataba, la voz seguía haciéndose más y más fuerte.

— Sarada, despierta, tenemos que continuar —dijo la voz.

Sarada abrió los ojos y enfrente de ella estaba Seikan que sostenía una taza de té.

— Adelante, es té negro, te calentará —dijo Seikan.

Sarada agradeció y llevó la taza a su boca para dar un sorbo, ambos estaban en el interior de una tienda de campaña protegiéndose de las inclemencias del clima. Seikan asomó su cabeza un segundo por fuera de la tienda de campaña para verificar cómo iban las cosas y dijo.

— La tormenta de nieve ya se calmó, debemos avanzar hacia el palacio de Kaguya, tal vez tengamos suerte y podamos encontrar alguna pista.

El joven tomó una lista y tacho de esta la dimensión helada; al parecer ya habían estado en la dimensión desértica y la dimensión de lava, en cada dimensión su búsqueda no había dado ningún resultado positivo.

— Dime Seikan, ¿cuánto más crees que vaya a pasar antes de que podamos encontrar alguna pista? —preguntó Sarada con una cara de preocupación.

Seikan suspiró un poco y respondió.

— Espero que pronto, ya hemos estado tres meses buscando y aún no hay nada, así se nos acabaran las raciones y tendremos que volver con las manos vacías, tanto esfuerzo para nada.

— Aun así, siento que aquí podremos finalmente hallar algo de utilidad para nuestra misión, nuestro esfuerzo no será en vano —dijo Sarada tratando de alejar las ideas pesimistas, apoyándose en las palabras de su padre para darse fuerza.

Recogieron su equipo y se pusieron en marcha hacia el palacio de Kaguya, el mismo que tiempo atrás había sido explorado por Sasuke. Una vez estuvieron en frente de este, la tensión en el aire aumentó, cabía la posibilidad de sufrir algún ataque por parte de algún enemigo. Durante los tres meses que estuvieron recorriendo las dimensiones no hallaron ningún contratiempo con los otsutsukis, pero no significaba que podían bajar la guardia.

— ¿Cómo está tu ojo izquierdo, Sarada? —preguntó Seikan.

— Está bien, ya se recuperó por completo del último salto dimensional, gracias por preguntar. —respondió ella con una leve sonrisa.

Se adentraron al palacio, recorriendo los pasillos mientras buscaban cualquier indicio o pista que los conduzca a la leyenda de los otsutsuki. Caminando entre los desgastados muros del palacio se preguntaban que secretos podrían estar escondidos y surgió una duda que se venía generando desde hace un par de días.

— Sarada, ¿que haremos si no encontramos nada aquí tampoco? —dijo Seikan.

— Creo que no nos va a quedar más opción que recurrir a plan B, aunque es realmente arriesgado —dijo Sarada.

—El plan B, en realidad me gustaría evitarlo a toda costa, pero no podemos volver con las manos vacías, no después de todo lo que tuvimos que atravesar para llegar hasta aquí —dijo Seikan.

Un destino Tallado en las ConstelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora