Un chico de 10 años va con sus padres de vacaciones a la playa, escribe una carta en una botella y la arroja al mar, sin saber que 15 años después recibiría una respuesta
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Narra Pablo
Despierto antes de que suene la alarma, esto debe ser una burla del universo, es domingo y no tengo absolutamente nada que hacer, bien pude haberme quedado dormido todo el día, pero no, mi cuerpo tenía otros planes, sin levantarme de la cama poso mi vista sobre unas facturas que posan sobre mi buro recordándome que han pasado diez días desde que envié la carta y no he recibido respuesta, no tengo la menor idea de lo que demore la carta en llegar hasta Inglaterra, pero también debo empezar a contemplar la idea de que a mi compañera no le interese contestarme.
Me levanto de la cama y recorro mi departamento hasta llegar a la cocina, de todo el departamento el único lugar que remodele fue este, y no porque sea buen cocinero, solo que los electrodomésticos de mis padres ya estaban inservibles.
Mi madre solía decir que la cocina es el corazón de la casa
Toda mi casa esta tal cual mis padres la dejaron, las paredes de blanco, los muebles de madera, todo en tonalidades tenues y neutras
Abro mi refrigerador, no tengo absolutamente nada para comer, regreso a mi habitación y cambio mi pijama por un par de jeans azules y una camiseta blanca, me cubro con una chaqueta de cuero sintético para el frío y salgo del departamento para comprar comida.
Cuando abro la puerta de la entrada me encuentro a Alison frente a esta, ella es mi vecina desde hace un par de años y mi mejor amiga
—Buenos días Pablo, estaba a punto de tocar, ¿Vas a salir?—Me saluda amablemente
—Buenos días Alison, de hecho si, iba por comida, ya no tengo nada para desayunar —Le comento
—Eso es porque no te gusta hacer las compras—Me riñe— te quería traer la invitación a mi boda, me encantaría que estés ahí, puedes llevar a quien quieras—Me entrega uno de los sobres, la invitación es realmente bonita—Y también quería entregarte esta carta, el cartero la dejó por error en mi puerta ayer—Explica mientras me entrega la carta
Mi corazón se acelera de forma abrupta
—Felicidades por tu boda, no sabía que Samuel te había propuesto matrimonio—Digo intentando ocultar mi felicidad por la carta
—Sí, a mí también me sorprendió la verdad—Bromea la chica al respecto— ¿Quieres cenar conmigo en la noche? haré ratatouille
—Sabes que jamás me perdería tu ratatouille—Le digo
—Y es por ti que lo hago—Me dice mientras acomoda un mechón de su cabello rubio detrás de su oreja—En la noche también iré a una fiesta, ¿Quieres venir?
—Realmente no, prefiero quedarme en casa, disculpa
—Tranquilo si ya sabia que eres un aburrido—Se burla— Pero bueno, au revoir chèrie, passe un bon moment
La chica se retira dejándome solo, realmente me agrada que se vaya a casar, pero su prometido no tanto, no veo en ellos ese amor que se supone que debería tener una pareja a punto de casarse, no digo que no lo hagan, solo que Ali es bastante demostrativa con su amor, y no lo es con Samuel.