Parte 12

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Narra Pablo 

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Narra Pablo 

Camila y yo regresamos de nuestro paseo por los viñedos, solemos hacerlo todas las tardes, al sol solo le quedan escasos minutos  y los últimos rayos del sol acarician las vides dando un paisaje completamente hermoso y perfecto para una postal, del mismo modo se cuela por la cabellera suelta de Camila haciendo que brille y la hace ver más linda

—Me gustaría hacer una pintura de este paisaje—Le digo tras romper el agradable  silencio entre los dos

—Te estás comenzando a enamorar de este lugar y eso no está bien—Me comenta cabizbaja

—¿Por qué no está bien bonita?—Pregunto confundido

—Porque tendrás que irte en algún momento, y si te sigues encariñando con este lugar se te hará más difícil

—Ya no se puede volver más difícil irme, te lo aseguro

Al llegar a las caballerizas nos bajamos de los caballos y los desensillamos en silencio

—Realmente ya no sé si me quiero ir—Confieso en voz baja

No obtengo respuesta de su parte

—¿Qué te pareció el árbol de los corazones?—Me pregunta mientras me abraza por la cintura

—Triste,  ese lugar ha Sido participe de la historia de amor más trágica que he oído—Contesto correspondiendo al abrazo

—Pero aunque triste, bastante poética—Responde imitando mi acento

Entramos en la casa grande y nos sentamos en el recibidor, Camila se acomoda sobre el sillón acomodando su cabeza sobre mis piernas, me mira con un brillo especial y una sonrisa dibujada en los labios

Es raro que no esté sonriendo

—No tienes idea de cómo amo tu forma de mirarme, tu mirada está tan llena de amor y dulzura—Confieso mientras acaricio su mejilla

—Te miro con amor porque en ti solo veo amor

—Patrona, ¿Van a comer?—Nos pregunta Carmen interrumpiendo nuestro momento

—No Carmen, hoy saldremos a comer al pueblo—Le responde Camila emocionada

—¿En serio?—Pregunto incrédulo

—Pablo Free Dumont, voulez vous manger avec mío? S'il vous plait—Pronuncia con un perfecto francés y un tono de voz bastante nervioso

—Mlle Monterrubio, j'aimerais dînee avec vous—Respondo dándole un beso en la mejilla

—No tienes idea de cómo me gusta tu acento—Confiesa divertida

—A mí también me gusta mucho oír tu acento inglés

—Mentiroso—Se burla

—¿Mentiroso yo?

—Si, mentiroso tu

Comienzo a hacerle cosquillas sin detenerme ante sus súplicas

—¿Quién es mentiroso?

—Tu no mi amor—Responde con la voz entrecortada

Detengo mis cosquillas y cuando consigue recuperarse me lanza una mirada de reproche mientras yo me hago el desentendido, los dos nos despedimos y entramos en nuestras habitaciones para cambiarnos, me doy una corta ducha, puede que en el día haga bastante calor pero las noches son tormentosamente heladas

Después de vestirme salgo de mi habitación coincidencialmente al mismo tiempo que Camila, la observó sorprendido a causa de lo bella que luce esta noche, ni el más famoso pintor es capaz de plasmar en un lienzo  toda la calidez que Camila trasmite con una sonrisa, todo el brillo que sus ojos brindan, la suavidez de su piel, el rosa de sus labios que hoy no están teñidos con un color rojo intenso, si no con un color vino precioso, su silueta es realzada por el ajustado vestido negro que lleva puesto y su rostro es perfectamente enmarcado por su cabello que cae como hondas de agua hasta su cuello dónde tiene colgando el collar que le regalé

—Te ves hermosa—Le alago mientras me acerco para sentir su sutil aroma

—Gracias

Acerco mi rostro al suyo hasta juntar nuestras frentes, pego mis labios a los suyos fundiéndonos en un apasionado beso desbordante de amor

Si me preguntan cuál es mi lugar favorito en la tierra sin duda alguna respondería que sus labios

—¿Ya nos vamos?—Me pregunta al separarnos

Salimos juntos de la hacienda y nos vamos en el Jeep hacia el pueblo, es la primera vez que vamos de noche, pero ya he ido tantas veces que hasta siento que le conozco, aunque honestamente el hecho de que no sea tan grande me lo facilita bastante

—Ya llegamos Pablo—Me avisa al estacionarse frente a un pequeño restaurante frente al parque del pueblo

Me bajo del auto y ayudo a Camila a hacer lo mismo, entramos juntos en el encantador lugar, México en general está lleno de colores bonitos de todo tipo convirtiendo los lugares en estancias alegres, tal como este pequeño restaurante

Al ser jueves en la tarde el lugar está bastante vacío lo que nos permite sentarnos en la mejor mesa, una que se encuentra al lado de la ventana y tiene una bonita vista a la plaza del pueblo

—Buenas noche, ¿Ya saben que van a ordenar ?—Nos pregunta un joven mesero al acercarse a nosotros

—¿Nos da unos minutos por favor?—Le pide Camila

—Claro que si—Responde antes de irse

—¿Qué debería ordenar?—Le pregunto al empezar a leer la carta—¿Qué es el pan de tecate?

—Pídelo y compruébalo es realmente delicioso—Responde echándole un vistazo a su carta—Pero es solo para acompañar así que deberías pedir otra cosa

Después de un par de minutos un hombre de al rededor de unos sesenta años se acerca a nosotros con una gran sonrisa dibujada en el rostro

—Buenas noches, hola Camila—Nos saluda muy alegre

—Hola señor Bernardo ¿Cómo le va?—Le corresponde Camila a su saludo—Mire le presento a Pablo, él es mi novio

—Un placer—Le extiendo mi mano

—Un gusto Pablo, mi nombre es Bernardo—Hace una pausa—La verdad he estado mejor Camila

—¿Y eso porque?—Le pregunta ella genuinamente interesada

—Mi aprendiz se fue, y ahora estoy solo y necesito ayuda, ya a mi edad no puedo estar en todo

—¿Fernando renunció?

—Si, se fue a la capital por mejores oportunidades, si conoces de alguien que quiera el puesto entre tus trabajadores me serías de mucha ayuda

—No se preocupe yo me encargaré personalmente de preguntarles

—Muchas gracias Camila—Se despide y se retira

—El hombre es pintor, no tiene hijos, ni esposa, tiene una pequeña y linda tienda al otro lado del pueblo, tenía un aprendiz su nombre era Fernando, pero al parecer renunció—Me explica

—¿Pintor?—Le pregunto interesado

—Si,  hace unas pinturas hermosas

—Me gustaría verlo

—Podemos pasar mañana temprano por su taller para que veas algo de su trabajo, te aseguro que te encantará

—Me parece bien, bonita


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