❛ Over Their Garden ❜ (Spinel X Steven)

• Capítulo 13 •

Un solo brote pálido.

¿Conoces esa sensación? ¿Cuándo dejas que tu trauma se apodere de ti? Cuando sabes que estás equivocado, ¿pero no puedes evitarlo?

Fue así la última vez que sucedió. No quiero que me vuelva a pasar. Entonces pelearé. Haré lo que sea necesario. No dejaré que nada me recuerde cómo era en aquel entonces.

Incluso si tengo que ser irrazonable para ello.

Y sé que estoy equivocada. Pero no me detendrá.

Y... por eso tengo que estar más agradecida por tenerte en mi vida.

En realidad me aguantaste.

Mientras estaba sumida en sus pensamientos, Spinel mordió la comida desconocida en sus manos, mirando a Steven con una sonrisa cariñosa, mientras él miraba entre concentrado y de buen humor.

Y al siguiente momento hizo una mueca, escupiendo.

—¿Qué era eso? —Preguntó, sacando la lengua y frotando el sabor.

—Eso era un limón, Spinel —Steven se rió de su tonta reacción—, No quise revolverlo, perdón. Es agrio, ¿no?

Steven agarró el cítrico mordido y lo escondió en la canasta.

Estaban teniendo un encantador día de picnic en su jardín, y fue idea de Steven dejarla probar más comida terrenal que solo donas. Agarró todo lo que tenía bajo su mano en el jardín de Homeworld y se apresuró a hacer el picnic antes, y parece que agarró un limón entero mientras estaba allí.

—Hace que mi boca se sienta graciosa. Pero no buena gracia —Spinel habló, todavía estirando su lengua fuera de su boca.

Miró a su novio con un toque brillante en sus ojos. Y Steven entendió esa pista.

—¿Quieres que la bese mejor?

Ella asintió, dejándolo acercarse más en su manta de picnic que compartían, y besarla en los labios, mientras finalmente retraía su lengua para un buen asunto. Se han vuelto bastante buenos para no reírse a la mitad de sus besos.

—Me gusta más tu sabor. Sabes dulce. Como en casa.

Spinel rodeó a Steven con las manos y lo abrazó. Ella amaba ese consuelo que él traía con su presencia. Ni siquiera fue manchado por sus recientes desacuerdos en lo más mínimo, aunque los recuerdos todavía estaban allí, y eran... amargos.

—Supongo que no me gusta lo agrio.

—Está bien, ¿tal vez te gusten las cosas saladas? Tengo algunos sándwiches... si me dejas alcanzar la canasta.

—No creo que lo haga —Spinel apoyó la cabeza sobre su hombro suavemente.

Su cabello le hizo cosquillas en la cara. Steven no protestó ni luchó, sintiéndose muy seguro con ella envuelta alrededor de él así y acariciándose contra su hombro. Fue muy sereno.

El jardín estaba cobrando vida, muy lentamente. Las flores que plantaron hicieron que oliera bien allí una vez más, en lugar del constante olor podrido, aunque había una área pequeña todavía. Todavía oscura y muerta, pero con sus esfuerzos se estaba volviendo más claro. Los dos pájaros del amor lo iluminaban con su amor.

Finalmente contentos, finalmente felices juntos de nuevo. Y así será...

—¿Spinel?

A estas alturas ya estaba aprendiendo a tensarse ante el sonido de su nombre.