Namarië...

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       (Banda sonora de fondo: Celtic Music-Wild Flower)

        Mis ojos se tornan perdidos ante la extensa nube de polvo que acecha a la ciudad, nube la cual oscurece el cielo de Gondor, trayendo consigo la desolación y la guerra... No me muevo de mi postura, a pesar de que mi cuerpo envejecido me pida a voces un lugar más cómodo. 

        Desde siempre, había pensado que el mayor de los dolores era perder a un vástago... pero ahora sé de sobra que el verdadero dolor lo trae consigo la pérdida de alguien amado... acompañado de fantasmas...

        Los primeros rayos de sol acarician mi rostro dormido, haciendo que me despierte poco a poco de mi sueño. Me tomo unos minutos para situarme en la realidad, y recordar todo lo que había pasado durante la noche.

        No puedo evitar sonreír.

        Escucho un pequeño bullicio procedente de mi ventana. Rápidamente me coloco mi batín y voy hacia ésta, descorriendo las cortinas. Veo a varios invitados del baile de anoche partir en grandes carrozas. Los primeros en abandonar el palacio son la raza enana, pues su destino está a varias leguas de Minas Tirith. Los medianos comienzan a caminar en grupo hacia sus tierras, charlando animadamente y entonando alguna que otra canción para amenizar el viaje.

        De improvisto, noto una punzada en el pecho al ser consciente de algo… existe una posibilidad de que la partida de Rohan haya salido ya a su reino. Me visto con lo primero que veo, y salgo de mi habitación, encontrándome con varias doncellas que me observan un tanto sorprendidas. Los pasillos recogen mis pasos desnudos en silencio, con la tranquilidad matutina característica de las colinas de Gondor.

        En una de las galerías, me cruzo con uno de los mayordomos presentes en la fiesta.

        -¿La partida de Rohan ha salido ya?-pregunto cogiendo aire. El varón, un señor de unos setenta años con pelo cano y mirada sabia me observa de arriba abajo. Estará sorprendido que una de las princesas del Reino Unificado se presente con estas pintas: pelo suelto y sin peinar, vestido sin corpiño, sin zapatos…

        Pero, en lugar de salir un reproche de sus ancianos labios, sólo me dedica una pequeña sonrisa.

        -El rey de Rohan se encuentra reunido con vuestro padre, alteza. Los acompañantes están preparando el equipaje en sus habitaciones-hace una breve pausa mientras inclina levemente la cabeza-Pasillo izquierdo, junto al salón del trono…

        -¡Gracias!-una sonrisa de satisfacción aparece en mi rostro, y abandono al mayordomo que sigue su camino a sus deberes.

        Con el corazón en un puño, llego al lugar indicado. Me recoloco bien para estar presentable ante el cortejo real rohirrim. Por todos los dioses, ¿cómo se me ha podido olvidar colocarme unas sandalias? Tapándome los pies desnudos con el vestido, me adentro en el pasillo bullicioso, caminando despacio entre las gentes que preparan todo para el extenso viaje que han de recorrer hacia el reino vecino.

        Paso por las habitaciones, fijándome bien en el interior. En una de ellas, veo una figura alta, con una extensa capa adornada con un caballo blanco, símbolo de Rohan. Cuando se gira, trago saliva. Es el príncipe Elfwine…

        -Buenos días, alteza…-saludo haciendo una breve inclinación. Noto cómo su mirada se clava en mí, y rezo para que no estuviera tan mal como para presentarme ante él.

        -Princesa Eleanor…-veo cómo suelta varios libros encima de la cama y se acerca a mí, para dejar un beso en mi mano y una inclinación más profunda-No esperaba veros por aquí…

Nindë TinúvielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora