La tarea de recordar a veces resulta complicada.
Las fechas se mezclan con los números de teléfono y el calendario viaja a un pensamiento nocturno que ya es imposible traer de vuelta.
Es algo natural y constante.
Los recuerdos se convierten en recuerdos solo si creen que merecen serlo.
El eco que genera tu risa en el pasillo más vacío haciendo que parezca lleno.
La bondad innata con la que escuchas cada palabra ajena como si fuera tuya.
Tus ojos entornándose hacia mi para asegurarte de que yo también me he dado cuenta de que suena esa canción.
Es algo natural y constante.
Constante y constante otra vez.
¿Por qué?
Al igual que los recuerdos, el olvido también reside en la cabeza, así que solo hay una posible respuesta.
Tú ya creces en el impulso al otro lado de la diestra.
