Stranger Things. {Will Byers y tú}

Capítulo 7. "Dart"

Pov's _________.

¿Porque estaba enojada?

No entiendo nada. Pero ese recado que me mandó Caroline...

“Oye, dice Max que se nota que le gusto a Will, ¿tú que dices?”

Pareciera que me gusta Will... Pero lo acabo de conocer. A mí no me gusta nadie.

Recuerdo cuando tenía 10 años, las otras niñas decían "me gusta él", " quiero ser novia de tal" yo les decía que mejor se aprendieran los números. ¡Estoy haciendo justo lo mis....

No, no estoy haciendo justo nada. Él no me gusta.

Me lavé la cara, y luego regresé al salón.

—¿Puedo pasar?—Pregunté al profesor.

—Pase, Anderson.

Caminé hacia mi asiento, cuando pasé al lado de Lucas este me tomó de la mano, dejando en ella un papel. Me fui a mi asiento confundida, de Dustin o Will lo hubiera esperado, ¿pero Lucas?

"Nos vemos en el Club Audiovisual"

Will, Mike y Max voltearon hacia mí, me incomodé por lo que volteé al frente.

—Este es un Heikeys, una criatura mítica...

Juraría que mis ojos estaban brillando, ¡Cosas míticas! ¡Las amo! ¡Sé todo sobre cada una de ellas!

Dijo todo lo que ya sabía de la criatura, mientras mostraba imágenes.

—¿Alguien sabe que es este?—Preguntó el profesor a la clase.

Nadie sabía.

—¿Nadie?

Levanté la mano.

—¿Sí, Anderson?

—Es un Jakíe—Respondí.

—Correcto, ¿puede decirnos algo más?

—Criatura mítica muy poco conocida, se alimentaba de una hierba conocida como Kiaan, muy tóxica para los demás míticos, también de la planta Heijies, y de algunos pequeños animales como los Osses, mide aproximadamente 2,5 metros.

—Bien, exacto, Anderson. Y esta es...

—Ah, genial otra nerd.—Escuché que dijeron atrás.

—Prefiero ser nerd a ignorante.

—¡Por dios! ¿Cómo crees en esas cosas? ¡Ni existieron!

—Eso tú no lo puedes saber.

—No hay pruebas de que existan.

—¿A caso tú tienes de que no? —volteé para ver quien era. Resultó ser un chico que estaba dos lugares atrás.

—No. Pero no existen yo lo sé.

Yo solo rodé los ojos, y volví mi vista al frente.

—La niña nueva creé cosas que no existen—Se burló otra voz, esta vez de chica.

Me volteé hacia ella.

—Lo único que no existe aquí es tu cerebro.

Me miró mal. Pero al parecer no lo dije tan bajo.

—¿Hoy es el día de interrumpir mi clase? ¿Se pusieron de acuerdo todos? ¿Anderson?

—Perdón, profesor.