『Capítulo 9a』

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Autora Original: Maryluz_mty

Maryluz Warnings: Religión. El tema de la religión es tratado en este fic yaoi, ya que hay sacerdotes. Si alguien tiene problemas con algo de esto, les pido por favor, no lo lean.

- Diálogo -

"Pensamientos "

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El día no había sido nada productivo, todo lo contrario, y la noche no pintaba mejor...

Woohyun acababa de bañarse, por completo solo, ya que el seminarista había aprovechado que él estaba cenando en el comedor de los pobres con Sungyeol – huyó, pensó - el seminarista le había recalcado que había podido hacerlo solo y que de ahora en adelante no necesitaría de ninguna clase de ayuda con el baño – Que remedio, se dijo - Le había dado las instrucciones a Yeol para la guardia nocturna, aleccionándole sobre no dejar a la mujer asomar las narices por el techo ni dejarse colgar collares de ajo al cuello. Su pelirrojo subordinado había mal aguantado la risa, pero ya se daría cuenta que nada de lo que le había contado de esa mujer era para reírse.

No había seguido al seminarista porque sabía exactamente donde estaba, no por nada el otro agente, Stand, estaba con el padre Gun y ambos hombres estaban juntos ahora. Yong había estado todo el tiempo en el comedor; podría haber estado hablando con Sungyeol, pero nunca le perdió de vista. Sus sentidos siempre estaban alerta.

Pero ahora estaba donde nunca se imagino estar – se dijo lanzando un largo suspiro – recargado en una silla, justo afuera del claustro de ese chico, en el pasillo, a oscuras. Pasaba de las once de la noche y todo estaba silencio dentro de la iglesia. Los pasillos estaban solos, solo aquella luz mortecina que muy a penas destellaba bajo el pedestal de aquel santo en una lejana esquina. No se escuchaba ni una sola voz, ni un murmullo, nada, ni siquiera el viento soplando ¿Sería presagio de algún desastre?

Esperaba que no...

Se recargo de nuevo, viendo a la nada. Ya tenía mucho tiempo en ese caso, para ser exactos, 3 meses, 3 semanas, 2 días, 11 horas, 26 minutos y 7, 8, 9 segundos... En ese tiempo había conocido a la única persona que encajaba con el perfil del asesino que buscaba, pero cada vez que se acercaba a una prueba, de una u otra forma ese chico la desestimaba. Después, justo él día en el que se hirió con el martillo, aparece una segunda persona que pudiera encajar con el perfil; tiene la misma estatura, su misma complexión y juventud; pero no el mismo tono de ojos ni de cabello, aun que si la misma alergia al sol, quizá un poco peor.

Trataba de encajar esa otra imagen en aquella sombra que vio en el callejón. La voz gruesa y en off no parecía pertenecer a ninguno de los dos sospechosos, pero bien pudo haberla fingido. La estatura, la complexión, esas si encajaban, pero no los ojos. Aquellos eran rojos, quizá producto de alguna fuerte droga. Lo que no lograba comprender aun, era aquella parálisis, aquel miedo, todo aquello no podía explicarlo científicamente.

Sin embargo, Yong, el vagabundo, no era fácilmente rastreable. No existía ninguna acreditación de su existencia en el registro civil. No sabían donde ni cuando nació, donde había estado viviendo hasta antes de llegar a la iglesia, ni siquiera sabían si Yong era realmente su nombre. Había tratado de obtener sus huellas de forma clandestina, pero no contó con que aquella palangana tuviera tantas. Quizá las del vagabundo se habían borrado de forma accidental con las mantas que había traído. Y una vez obtenidas, no estaba seguro de que coincidieran con alguna de las huellas que tenían en el registro criminal. Lo mas fácil sería encerrarlo e interrogarle para obtener algo de información. Pero como no tenía absolutamente nada en su contra, no podía hacerlo, su jefe era capas de despedirlo si cometía semejante error.

¿Seminarista Kim? 【WooGyu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora