Fifth Day.

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"Será mejor que despiertes, asqueroso ebrio."

Loki pronunció estas palabras luego de conjurar una lluvia de hielo encima de su hermano, quien dormitaba encima de su cama en una posición muy poco natural, completamente desnudo y con una mujer de negros cabellos descansando a su lado.

Ambos despertaron de golpe, la impasible mirada del príncipe pareció querer asesinarlos y Thor no lo culpaba para nada. Miró hacia su costado izquierdo y murmuró un par de palabras a la mujer, cuyos extensos rizos negros se enredaban entre sus numerosas curvas. Lo miró con los ojos esmeraldas brillando en una fuerte resaca, los labios eran rojos, bonitos, bien moldeados, pero su aroma, su dulzón elixir, era una de las tantas cosas que Thor no había disfrutado cuando le hacía el amor.

Se levantó, cubriéndose los turgentes pechos con una sábana, y sin mediar palabra salió de la habitación. Loki supo que era mejor así, no habría querido hacer que la mujer se marchara a base de patadas, o maleficios.

Thor cubrió sus ojos con el antebrazo, la luz lo golpeaba como si fuera un enemigo. Ni siquiera sabía cuánto había bebido, tuvo que haber exagerado debido a que apenas podía recordar cómo fue hasta esa casa de mala muerte a pedir una mujer. Sólo recordaba estar en su habitación, empujando, saliendo, llorando y jadeando porque algo le dolía.

Y no era un sentimentalismo barato, en realidad le dolía.

Su cuerpo se quejaba, su cerebro parecía querer explotar y cada una de sus venas en los brazos se marcó. No le había sucedido nunca antes. Terminó por el simple hecho de que no quería humillarse a sí mismo, pero el acto le había generado tan poco placer, había sido tan tortuoso, que pensó que había algo malo dentro suyo.

"Sabías quién era Magni."

Su voz salió rota, en medio del silencio de la habitación. Loki miró confundido en su dirección y cuando los ojos celestes de su hermano lo miraron notó, con cierto pesar, que la bruma grisácea había vuelto.

"De qué hablas?"

"Sabías todo, lo de las leyendas de Midgard... Siempre lo supiste y aún así..."

"No te mentí."

Ambos fruncieron el ceño, era como si Loki hubiera adivinado lo que pensaba y lo pusiera en palabras. Thor pensaba que eso era nuevo, y misteriosamente aterrador. Si Loki podía leer su mente, entonces los sentimientos que el rubio notaba dentro de su pecho podrían ser los de Loki, mezclados entre los suyos?

"Sólo te oculté la verdad, eso no es mentir. Y ni siquiera sabemos si es una verdad, después de todo, Magni ni siquiera ha nacido. No sabemos quién lo llevará en su vientre, no aún."

"Tuviste que decirme todo, tienes que decirme todo."

"No es irónico que el mundo que amas y proteges como tu vida tenga historias de que ni siquiera hayas revisado?"

Thor no le prestó atención, se levantó, en todo su esplendor pues se encontraba desnudo, y se colocó frente a Loki, quien hacía maromas para no chocar con el cuerpo bronceado y taparse los ojos al mismo tiempo.

"Me lo contarás todo, luego me prepararé e iremos a Midgard."

"Apreciaría que te pongas algo en la cintura, al menos, maldito seas."

Thor sonrió, era un gesto vacío, obedeció colocándose los pantalones que estaban en el suelo, luego se sentó en la cama e invitó a Loki.

Con algo de asco, Loki removió las sábanas y se sentó en una esquina apartada, donde estaba seguro que los torrentes de amor de su hermano no se habían derramado. Colocó sus dos manos en su regazo y miró al suelo.

Hate. [THORKI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora