Hate. [THORKI]

Third Day.³

Loki estaba en el gran salón del palacio, se sentó en el sillón frente a la chimenea que crepitaba incansable, sus ojos se fijaban en el fuego pero no lo estaba viendo en realidad.

Tenía frío, y el calor apabullante no hacía nada más allá que aumentar su confusión. Su corazón no dejaba de latir idiotizado desde que salió escapando de Thor y sus ojos que lo absorbían todo, apenas vistiéndose decentemente para entrar a su hogar sin parecer un loco.

Aunque en definitiva, se había vuelto loco.

Cerró los ojos y con sus dedos palpó el aire caliente en busca de replicar la sensación que tenía cuando abrazaba a Thor, pero nada se le comparaba, ni el mismísimo sol podría.

Todo había escalado tan rápido que estaba completamente sorprendido, el hecho de que si Thor le hubiese pedido en ese momento, debajo del agua, que se lanzara a sus brazos, lo habría hecho. Sin dudar. Y eso era escalofriante.

Era como si siempre hubiera sabido que él y Thor estaban destinados a algo más grande que sus meras existencias, era como si dentro suyo se aferrara a la idea de que Thor podría considerarlo de una manera distinta.

Frunció el ceño, negó y suspiró. Eran sueños, todo aquello era inalcanzable más aún porque cierta midgardiana aún tenía poder sobre el bravo corazón de su hermano, y, porque eran hermanos, de hecho.

Supo que se condenaría, no lo dudaba. Era posible que quedara desterrado a Hel por toda la eternidad, que ni siquiera sería capaz de luchar cuando el Ragnarok se desencadenara. Le daba pavor.

Thor valía todo lo que estaba sufriendo en ese instante? Le dolía no saber lo que sentía, en especial porque nunca se había enamorado de verdad, ni siquiera se había gustado de alguien, y por tal razón no podía ponerle nombre a lo que quemaba su corazón. Todas sus relaciones, a escondidas del reino, eran meramente físicas, sin substancia.

Los guardias a un costado de la entrada se pusieron firmes. Escuchó pasos, quiso voltear pero su orgullo era mayor.

"Primero me dejas sólo en el arroyo, y ahora echas fuego por las narices. Me explicas que sucede?"

La voz de Thor sonaba furiosa, como si el abandonarlo en el arroyo fuera la mayor grosería que le hubieran hecho en la vida. Loki no respondió, ni siquiera cuando sintió el sillón hundirse bajo su peso, justo a su lado.

"No vas a decir nada?" —Dijo Thor.

"Sólo recordé que hoy es la gala en honor al abuelo, no debíamos estar tanto tiempo afuera."

Thor parecía haberlo olvidado por completo, pero en el palacio aquel día tampoco se avisaba de manera rimbombante, sólo se hacían pocas decoraciones y la mayoría de lo esfuerzos decaían en las cocineras para el banquete, así que era factible que alguien no lo recordara.

"Maldición, lo olvidé."

"Sé que sí. No hay problema, Thor, sólo no lo admitas frente a papá."

Loki le sonrió, y el rubio pudo notar una corriente de lava arrasar sus pulmones.

De nuevo Thor sintió ese revoltijo de emociones en su estómago, esa furia mezclada con ilusión, cariño y vergüenza, todo tan precipitado que no sabía qué hacer, si convocar un rayo, soñar, abrazar a su hermano o escapar del lugar.

Loki sonrió cínicamente, qué clase de castigo le estaba dando la vida haciendo que raros sentimientos crecieran en su interior? Quizá fue al tocar a esa midgardiana que algo de su devoción al Dios del Trueno se le traspasó, algo, debía haber una explicación razonable.