Enamorado de mi niñero (+18) || VKook

Capítulo 7

Narra Taehyung:

Jungkook me tomó la muñeca y tiró de ella con fuerza logrando unir nuestros labios en un dulce beso. Sus labios rosas y esponjosos tenían un ligero sabor a frambuesa en ellos. Definitivamente, besarlo es lo mejor que me ha pasado en la vida. Mientras transcurría, me preguntaba mentalmente ¿a qué quería llegar Jungkook con esto? Está bien, no voy a negar que me está gustando besar a este niño. Nos separamos del beso por falta de aire, mis ojos buscaron los suyos, quería saber en qué estaba pensando. Nuestras miradas se conectaron. Mis ojos reflejaban lo confundido que estaba y él pareció entenderlo, su rostro se acercó al mío reclamando mis labios. Otro beso fue suficiente para darme cuenta que Jeon Jungkook está enamorado de mí. Mis manos viajaron hasta su cintura apretando esta con fuerza para sentir lo estrecha que estaba. Una de sus manos rodeó mi cuello mientras con la otra acaricia mi mandíbula con suma delicadeza, muerdo sus labios un poco y luego los acaricio con mi lengua para introducirla finalmente en su boca, logrando así una batalla entre nuestras lenguas y es cuando Cookie suelta una ligera risa que vibró en mi garganta. Nuestros labios se separaron, aún con los rostros cerca acaricié su mejilla derecha, mis ojos perdidos en los suyos y mis labios deseando probar una vez más aquellos que me traían loco.

–Vamos adentro –sugirió en un susurro, tratando de recuperar el aliento.

Entramos a casa. Jungkook me ofreció ver una película, yo acepté sin problema alguno. Él buscaba una película que ver mientras yo preparaba las palomitas. En mi cabeza rondaba mi novia, ¿le había sido infiel? No, para ser infiel tiene que pasar algo más que un beso, pero ¿Qué pasa si no puedo dejar de pensar en él? En sus húmedos y rosados labios y lo cálidos que se sienten sobre los míos, eso hace preguntarme: ¿será que estoy enamorado de Jungkook?

Su melodiosa voz llamando mi nombre me hace salir de mis pensamientos y me dirijo directo a la sala.

–No encuentro nada interesante... Ya he visto casi todo –dice mientras busca más películas con el control remoto–. ¿Ya viste El conjuro 2?

–Sí. De hecho, la he visto como unas tres veces –respondí antes de meterme algunas palomitas a la boca y darle el tazón.

–Igual yo. ¿La vemos por cuarta vez? –preguntó mientras me hacía espacio en el sofá y él se acomodaba.

Asentí con la cabeza y me senté en el sofá, el tazón de palomitas estaba en medio de nosotros.

Aún tenía su sabor muy fresco en mis labios y solo sabía que quería más de él. A pesar de eso traté de contenerme y me concentré en ver la película. La película en lugar de darme miedo, que en realidad no lo iba a lograr porque ya era la cuarta vez que la veía, me acabó dando risa, ya que Jungkook se detenía a imitar algunos diálogos de la película en forma graciosa, y pude darme cuenta que él era un experto en eso. Ambos no parábamos de reír en toda la película que hasta tenía algunas lágrimas en los ojos. Cuando estaba llevando un puñado de palomitas a la boca, Jungkook dijo algo que hizo que me partiera de la risa, haciendo que algunas palomitas cayeran sobre mi regazo.

–Se cayeron en tu pantalón –dijo, aun sonriendo y se acercó a recoger con una mano las palomitas para meterlas en mi boca, una por una.

Que el galleto me diera de comer no era algo que realmente me esperara. Verlo de esta forma, con sus grandes ojos de conejo concentrados en nada más y nada menos que en mí, sus labios ligeramente entreabiertos y tentadoramente húmedos me tenían hechizado. Cuando acabé de tragar la última palomita, nos quedamos observando el uno al otro como si se hubiera detenido el tiempo, entonces tomé su mano y la acaricié sutilmente. En ese momento, noté que su respiración se había vuelto más inestable y su mirada esta vez era más exigente y llena de deseo, pidiendo ese algo más que yo tanto deseaba darle, pero me resistía en hacerlo. Lo que en definitiva me frenó en intentar algo más fue que pude notar en sus ojos algo de temor. No quería que sintiera temor estando conmigo, por lo que decidí decirle lo primero que se me vino a la cabeza.