Las hojas indicando el inicio del otoño caían una tras otra, mientras las que yacían en el suelo, como si estuviesen apiladas, eran pateadas por el pequeño niño de ocho años que había decidido salir corriendo cuando sus padres le dijeron que, nuevamente, tendría que hacer pausa a sus juegos sólo para vestirse para recibir invitados.
No le gustaban los invitados.
—¡Taehyun! Deja de jugar con las hojas y ven acá para ponerte la corbata —le decía su madre mientras ella estaba en la puerta con el ceño fruncido, faltaba poco para que llegaran los invitados y su único hijo les causaba problemas.
El pequeño niño corrió hacia su madre que esperaba con una mirada que parecía entre fastidio y ganas contenidas de soltar un buen grito de desesperación. Él sólo quería jugar un poco antes de sumergirse en aquella cena aburrida de la que sólo escuchaba números que él no entendía por qué los mayores usaban y cuando preguntaba, sus padres le regañarían con la mirada en vez de explicarle.
No entendía por qué los adultos eran así, pero trataba de hacer caso omiso a eso, como típico es, no podría entender nunca a un adulto, eso pensaba a esa edad.
Entendía incluso cuando los adultos hablaban inglés, un poco, todavía se confundía a veces, pero aún así, el tema del que hablaban no terminaba por entenderlo. Números y más números, era complicado para un niño de ocho años solamente.
Una vez, Taehyun preguntó a su padre si era posible que ellos hablaran de otra cosa que números y su padre simplemente le dijo que no tenía por qué andar escuchando esas cosas y pronto le compró unos audífonos y un celular con tal de que el niño no escuchara y dejara de preguntar.
Su madre le puso la corbata y le tocó levemente el cabello, Taehyun pensó que era una muestra de su cariño y su corazón se sintió cálido, su madre no solía abrazarle ni mucho menos acariciarle la mejilla o dedicarle al menos tres palabras "Te quiero, hijo."
Pero dentro de sí guardaba el pensamiento de que su madre le amaba. Era lo que se esperaba de una madre. Amor incondicional a su hijo. Al menos así quería entenderlo él.
—Vamos, los invitados llegarán pronto —esa noche, la cena sería en su casa. Una mansión de buen tamaño en el que Taehyun gozaba de ir por acá y allá, aunque más cuando llegaba a aquella biblioteca que contenía libros para niños, pero que a él le gustaban leer más que lo que solían decirle que debía leer en la escuela, esos eran un poco aburridos para él.
Taehyun corrió por sus audífonos y celular a su gran cuarto, una gran televisión se encontraba de un lado mientras en la pantalla se miraba un videojuego en pausa, una cama lo bastante grande para que pudiera crecer, un armario, y un escritorio. Cuando tuvo los objetos en sus manos, volvió a bajar a paso lento mientras veía llegar a un niño que parecía ser de su edad con sus padres. El niño no dejaba de mirar, al parecer, en busca de algo, o así fue como le pareció a Taehyun.
Taehyun creyó que era un niño muy tierno pues era delgado pero aún así sus mejillas eran un poco regordetas y se coloraban de un rosa bastante pálido, contrastando con su cara. No dejó de mirar al niño mientras bajaba, pues no podía apartar la mirada, causándole cierta incomodidad al otro.
El padre de Taehyun lo llamó con su grave voz, y él corrió. Pero nunca dejó de mirar al niño de bonitas mejillas.
—Taehyun, ve a jugar con Huening Kai a tu cuarto y no salgan hasta que te lo diga —entendió el mensaje y le dijo a Huening Kai en un susurro que le siguiera, el niño dejó escapar una sonrisita mientras asentía y comenzaba a subir las escaleras.
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manos entrelazadas ; tyunning/taekai
FanfictionTaehyun y Huening Kai son mejores amigos, sin embargo ninguno de los dos sabía la razón de que sus manos se buscaran en todo momento para entrelazarse, ni porque en cada roce o tacto sentían cada latido de su corazón acelerarse. » angst » parejas se...