manos entrelazadas ; tyunning/taekai

O O 6

Era la primera vez en su vida que no tenía certeza. Que en realidad no había certeza en ninguna parte de la situación. Taehyun tenía el corazón lastimado, aunque por un lado trató de prepararse para ese momento en que Hueningkai se enamorara de alguien, porque, para empezar, ¿Cómo iba a enamorarse Hueningkai de él si todo lo que hacía por y para él representaba un símbolo únicamente de amistad para el menor? 

Huening Kai hablaba con emoción acerca del pálido, de sus facciones tan masculinas y su cabello negro que le hacía suspirar. Taehyun advertía en sí mismo un sentimiento inevitable de celos que lo quemaba por dentro, que lo hería y que lo dejaba abatido al reconocer ese característico brillo en los ojos de su mejor amigo. Pero sabía que tenía que actuar de manera madura: aceptar que Hueningkai estaba enamorándose de alguien que no era él. 

En lo profundo de su ser egoísta lo comenzaba a reconocer: Hueningkai no sería solamente su amigo para toda la vida; haría su vida con o sin él. 

Sin embargo, y a pesar de los chismes que rodeaban al nuevo novio de Soobin, que nadie se esperaba, fuera Huening Kai (lo que más tenía hablando a aquellos que gustaban de chismes del colegio) algo que también los tenía fuera de sí era que Taehyun oficializó una relación con alguien.

Todos estaban seguros que cuando eso pasara, quien estaría a su lado con una sonrisa diciendo que "sí" sería Huening Kai, no un chico como Choi Beomgyu. Porque a ver, Beomgyu tenía una reputación bastante extraña. Era conocido por algunos como el que se encargaba de ayudar a los chicos vírgenes a... bueno, no serlo más. Y algunos hacían chistes y comentarios nada agradables hacia ese hecho, pues lo tachaban de "servir solamente para el sexo". 

Taehyun era consciente de estas cosas y no le agradaba que hicieran esa clase de comentarios que los demás intentaban tapar por "chistes", se sentía de alguna forma reconocido en Beomgyu, porque también lo buscaban por todos esos rumores sexuales. ¿Era su culpa? ¿habría algún modo de frenar los chismes en una comunidad? Eso parece bastante imposible. 

Le parecía que Beomgyu era un ser bastante genuino y que, si no estuviera totalmente perdido por Hueningkai, probablemente sentiría más que atracción puramente sexual hacia el de cabellos grisáceos. Ese día, cuando volvieron a verse en la cafetería, Beomgyu metió la mano en su bolsillo como si quisiera sentir algo de calidez, luego quito la mano y le sonrió. Resulta que le había dejado un dulce, uno pequeño y redondo de sabor uva, a él le gustaban más las paletas de piña. Aún así, sonrió. 

La moral comenzó a aplastarlo después de ese gesto; estaba seguro de que le rompería el corazón y no sabía por qué no hacía nada para frenar todo esto. 

[...]

—Hola, cariño, hoy no podremos ir a mi casa, tengo unos asuntos que resolver, pero nos vemos mañana para ir al cine ¿te parece? — hablaba Taehyun por el celular con su ahora novio. No le estaba mintiendo: tenía que hablar con Hueningkai para tratar de advertirle, de hacerle ver el error que estaba cometiendo.  Aunque dudaba que su amigo lo escuchara. Sabía lo necio que podía ponerse a veces.

— Está bien, nos vemos mañana, que descanses — colgó el celular. A pesar de que fue Taehyun quien lo llamó con un apodo cariñoso, no se sintió capaz de poder decirle uno también. Había algo que aún lo molestaba acerca del asunto de su noviazgo. Sabía también de todos esos rumores que rodeaban al chico que le gustaba y a su amigo. Y de cierta forma, aunque no quería admitirlo, lo notaba. La forma en que Taehyun miraba a Hueningkai. 

Quería que lo mirara de la misma forma, así le costara meses. Sentía una obsesión hacia la atención y lo que esa atención le hacia sentir cuando Taehyun se la dedicaba. Cuando lo miraba, Beomgyu sentía que no podía existir otra cosa mejor y cuando le sonreía se sentía la persona más afortunada del mundo, como si se le escapara el aire de los pulmones. Pero cuando lo besaba, entonces, en ese momento, decidía que no podría estar mucho tiempo sin sus labios, sin la calidez que le brindaban estos y a lo que le daba rienda suelta al momento del beso: a esa pasión incontrolable que sentía. Hacia tiempo que no sentía todo eso por alguien y si era honesto consigo mismo; lo amaba.