Agradecía que Max estuviera enfermo y asi me podia llevar su auto, me senté en el asiento del conductor y los niños en la parte de atrás. Saque el vehículo del instituto y cuando me adentre a la carretera la pequeña hablo.
-¿No nos preguntaras a dónde queremos ir?- preguntó con un tono suave.
-¿Debería?-
-Eso creo.-dijo mirandome.
-Bien, cuando estés segura házmelo saber.- encendí la radio y la música inundo el coche.
-Me gusta esa canción, ¿Le podrías subir?- me pregunto Oliver, lo mire un segundo por el retrovisor.
-¿Te gusta Pink Floyd?-
-Sí. ¿Qué hay de malo en eso?-
-Bueno, los niños de tu edad no suelen escuchar Pink Floyd-
-¿Y acaso esperabas que escucháramos barney?- dijo Isabel, reí y me concentre en la carretera.- ¿Podemos bajar?- pregunto la niña, cuando aparque en una gasolinera.
- Supongo.- me encogí de hombros y me encamine a la tienda. Compre algo de comer y unos lentes de sol, antes de pagar los mire.- ¿Ustedes quieren algo?
-No- respondieron los dos al tiempo.
-¿Seguros?,¿ No quien algo como un dulce con sorpresa o algo así?
-¿Crees que tenemos cinco años?- contesto Oliver, lo mire y page. Y luego preguntan porque odio a los niños.
Salí de la tienda con ellos pisándome los talones, luego de subir al auto me gire y los mire.
-¿Y bien...a donde quieren ir?, no se mucho de niños.-
-Se nota.- respondió Isabel, rodé los ojos y les pregunte de nuevo, ambos pidieron que los llevara a sus casas y eso hice. Entre más rápido me deshaga de ellos mejor.
-Es aquí.- dijo Isabel mientras se acomodaba la mochila en sus pequeños hombros- Muchas gracias Aria.- me sonrió y se bajó. La casa de la niña no era la gran cosa, era amplia, pero nada del otro mundo. En el jardín estaba una señora, seguramente era su madre. Me volteo a ver, no quería que me hablara sobre lo que le gusta o no a su hija así que pise el acelerador.
Oliver no vivía tan lejos de Isabel, una vez me acerqué a los edificios blancos y grises me indico donde parquear.
-Gracias. Nos vemos.- me digo sonriente y bajo. Suspire,es hora de ir a casa.