Capítulo 1.

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Veía todo borroso. De hecho, ni siquiera tiene recuerdos en su mente de lo que pasó exactamente esa noche. Su resaca era horrible; pues nunca había tomado alcohol de ningún tipo. Y, justamente, esa noche probó todo tipo de bebidas. Había un momento que ya ni siquiera sabía que estaba tomando.

Se levantó, maldiciendo a lo bajo por su terrible dolor de cabeza, con grandes ganas de vomitar.

Al llegar a su baño, se miró, era un asco. Su maquillaje completamente corrido, lágrimas secas en sus ojos, los cuales tenía hinchados de tanto llorar. Su atuendo, completamente diferente a sus gustos, o lo que ella usaría con cordura.
Todo por intentar llamar su atención, ¿Y para qué? Solo para quedar más en ridículo.
Siempre había leído que cuando las chicas tenían un cambio radical, podrían conseguir que cierta persona se vuelva a fijar en ellas.
Eso era lo que ella buscaba con desesperación.

Pero, le dió un golpe de realidad cuando todo le salió mal.

Sintió lágrimas asomándose por sus ojos, no impidió que empezaran a brotar, bajando por sus mejillas, empezando a ruborizarse del llanto, y emitiendo pequeños sollozos. Estaba angustiada, y mucho.

No podía creer como su vida se derrumbó por un erizo. Pero se prometió a sí misma continuar, seguir adelante. Aunque, por obvias razones, tenía la menor gana posible.

Abrió la canilla de la ducha, y mientras que se llenaba la bañadera, empezó a desvestirse, para luego mirarse en el espejo.
¿Qué había hecho para terminar así? Suspiró con un nudo en la garganta y cerró el agua cuando vió que estaba lo suficientemente llena, para meterse e intentar relajarse un poco.

Al salir, intentó arreglarse, ya volviendo a sus atuendos normales. Se ató las púas, creyendo que ya sería hora de cortarlas por los hombros otra vez. Agarró su carpeta dónde tenía todo lo necesario organizado, su cartera, y salió de su departamento con pesadez.
Debía entregar unos últimos papeles para poder, por fin, ser una estudiante de la universidad.
No le fué difícil tener el puesto asegurado por sus altas calificaciones. Solo que por problemas personales y CIERTA situación provocó que entregara los papeles más tarde, lo que dificultó un poco su acceso.

"Y una última cosa, Señorita Rose" llamó su atención el chico que le atendía "Usualmente entregamos habitaciones a los estudiantes, una habitación por persona, ¿Recuerda?" La antes mencionada asintió "Pues como usted ha terminado de inscribirse tarde, solo nos queda una habitación de dos personas.., espero no sea de su desagrado"

"Nono, para nada" aseguró

"La esperamos mañana, va a ser el reparto de habitaciones, bienvenida a nuestra universidad" se saludaron entre sí y ella se levantó

"Un gusto" dijo a modo de despedida, para salir por la puerta

Mientras caminaba por el pasillo no podía evitar preguntarse ¿Quién sería su compañera? O, compañero. Mordió suave su mejilla del lado inferior, la curiosidad la mataba por dentro.

"Supongo que mañana lo sabré" murmuró para sí y suspiró intentando alejar esa duda de su mente

[...]

Se levantó. Algo cansada porque había dormido muy mal la noche anterior. Si apenas cerrar los ojos un par de veces contaba como dormir, claro, más bien sería descansar. Fue lo usual, sentarse en la cama y replantearse la existencia. Fue a desayunar algo, de paso se dió cuenta que necesitaba ir al supermercado a ir a comprar comida; otra vez.
Normalmente cuando uno la pasa mal y esta angustiado deja de comer, y obvio, ella hizo eso. Pero los últimos días le dió un ataque, necesitaba saborear algo casi todo el tiempo, era una forma de mantenerse ocupada para no pensar en todo, incluidos esos pensamientos que solo la destrozaban.
Por eso tomar bebidas alcohólicas y comer habían sido su distracción últimamente. Aunque sabía que las dos le perjudicaba, necesitaba sacar su estrés y angustia de alguna forma. Y por ahora; esa era la más sana.

Subió de nuevo para vestirse, con un atuendo acorde a ella, no como ese vestido apretado y chillón que había usado para la fiesta. Todos tenían razón, aunque le cueste admitirlo, parecía un payaso. Miraba fotos de la noche anterior y le daba vergüenza ajena, ella misma se daba vergüenza de lo ridícula que parecía y en como estaba.
Y si a eso le sumamos lo que hizo; realmente no parecía ella.

Al final salió de su departamento, de nuevo, con rumbo a la universidad.
Al entrar vió la sala principal con, bastante gente a su parecer, alrededor de 200 a 300 personas.
Y en el piso superior, a alguien con un megáfono.

"Atención; nuevos estudiantes" llamó, y el bullicio pareció cesar "A continuación, les pido antes que nada que sean organizados, diré una lista de apellidos y ustedes deberán acercarse a la mesa correspondiente, ahí les dirán el número de su habitación" sacó una larga lista y empezó a nombrar, todos se movían según sus órdenes "Apellidos con R, S, y T, vayan a la mesa que tiene el logo del número 7"

Se acercó junto con otro par de personas, algo incómoda por tanta masa de gente y el bullicio que había también la mareaba un poco. Al fin, llegó su turno.

"Nombre completo por favor" preguntó amable la chica que la atendía

"Amy Rose"

"Su habitación es la 207, y.. por lo que veo es compartida" responde luego de mirar la computadora y encontrar su nombre en los archivos

"Oh, sí! Sería tan amable... ¿De decirme quién es?"

"Claro, un momento" la rosada empezó a golpear sus dedos suavemente contra la mesa, mordiendo su mejilla del lado inferior, ansiosa y curiosa "Su pareja es un chico, se llama Sonic The Hedgehog"

Casi se desmaya en ese momento, sintió todos sus músculos tensos en cuestión de segundos, su piel se volvió de gallina y su presión disminuyó, estaba segura.

"P-Perdone... ¿Como dijo?" Volvió a preguntar, aún no le entraba en su cabeza, tenía esperanzas de que había escuchado mal, pero, al ser la misma respuesta, simplemente quedó en un silencio, con la mente bloqueada "Y... ¿No puedo cambiar de compañero o algo?"

"Lo siento, pero, eso no está permitido" pronunció mientras negaba con suavidad "Las habitaciones ya están tomadas"

Solo sintió un gran nudo en su estómago. No creía que iba a aguantar, pero, aceptó y saludó cordialmente, anotandose el número de la habitación.

Volvió a su casa, aún shockeada, ¿Con qué cara iba a presentarse? ¿Debía hacer como si nada hubiera pasado? ¿Como si realmente no le hubiera importado? ¿Como si nunca hubiera tenido insomnio por su culpa? No lo sabía, solo, se acostó en su cama y escondió su cabeza en la almohada, dispuesta a hacer lo mejor que sabía hacer; llorar.

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¡Feliz año nuevo a todos! ♡
(Atrasado)
Nuevo año, nueva historia
Pero nunca se cambia a la compañera
Y sí, en este momento me está ayudando la hermosa spagoniia
Siganla YA porque escribe increíble a pesar de estar medio inactiva.
Y porque lo merece, siempre bancandome cuando tengo ideas nuevas.
Espero que la disfruten, y tranquilos que tampoco voy a dejar mis otras historias de lado!
¡Nos leemos luego! 🌓

Enemigos con derechos »Sonamy«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora