Capítulo 2.

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¡Atención!
A partir de aquí esta historia tendrá contenido explícito, si no quieres leerlo simplemente saltealo, o no sigas leyendo esta historia.
Aclarado esto, ¡Empecemos! ♡
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Las siguientes semanas se les pasó volando, algo que fue horrible para ella, saber que luego de esas semanas llegaría el peor infierno de su vida no la animaba en lo absoluto. Sabía que no estaba preparada, en ningún sentido, ni físico ni mental.
Pero, para su desgracia, ese día finalmente llegó. El día de su perdición.
Tenía sus maletas preparadas, igual que sus ganas de morir o que la tierra le comiera.

Igualmente, ya lo tenía decidido. Solo iba a centrarse en sus estudios y a ignorar al erizo.

¿Qué tan difícil puede ser?

Luego de una larga mañana, por fin llegó a su habitación. Para su suerte él aún no había llegado. Así que aprovechó para dejar sus cosas y desempacar todo ordenadamente.

Sintió como la puerta se abría. Era él.

Estaba mirando el celular, hasta que alzó la vista y... sonrió.

"¿Quieres vomitar sobre esta alfombra también?" expresó burlón, refiriéndose al acontecimiento pasado

Desde ese momento Amy supo que sería una jornada muy pesada.

"Vomitar sobre ti me haría más feliz." respondió fría, y dejó de darle vueltas al asunto

El otro dejó sus cosas en la cama que quedaba libre, con esa odiosa sonrisa en su rostro aún

"Oh, cómo no recordar esos días en la playa, donde te abrazabas a mí y me decías cuanto me adorabas.., y cuán perfecto era" mencionó en tono de burla

Lo que logró que los músculos de la rosada se tensaran ¿Tan rápido debía mencionar el tema? Apretó sus puños, un nudo en su garganta no tardó en aparecer, dolida. Sinceramente pensó que iba a aguantar más. Estaba decepcionada de ella misma.
Pero, ¿Para qué iba a responder con una agresión, si sabía que iba a terminar llorando?
Decidió seguir ordenando, ahora su escritorio, en silencio.

"Tú te enamoraste, si tanto te enoja, piensa que es tu culpa" agregó al notar el silencio de ella

Para la fortuna de ella, estaba volteada, ya que si no se notarían las lágrimas que salían de sus ojos hasta resbalar por sus mejillas. Bajó un poco su cabeza, haciendo que sus púas taparan su rostro. Así le era más fácil disimular.

"¿Y qué quieres que haga? ¿Te aplaudo? Imbécil." comentó con frialdad, sí, se notaba su voz algo quebrada pero logró ocultarlo

Sintió como se acercó por detrás de ella, y le valió mierda su espacio personal "Recuerdo como te gustaba que te toque por aquí, como rogabas por más... Era tan gracioso, ¿Sabes lo que costaba aguantarse?" le susurró cerca de su oreja acariciando su espalda por debajo de su blusa

Ella sintió hondas eléctricas recorrer su espalda, su tacto, su jodido tacto, el que tanto había soñado y deseado que volviera... se sintió sucia, demasiado.

"Saca tu mano de ahí si no quieres que te la arranque." volvió a la normalidad y le advirtió amenazante

Este la alejó entre pequeñas y macabras risitas "¿Sabes de lo que más me arrepiento?" hizo una pausa

Por un momento esperó una disculpa... no podía estar más equivocada.

"De no haberte follado cuando podía." continuó "Podría haber agarrado las sábanas y usarlas como prueba que había cumplido."

Enemigos con derechos »Sonamy«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora