I. It's time to come back home

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Un año después...

—Lo digo en serio, Wendy. —dijo por decimocuarta vez. —No estoy loca. Es el mismo sueño, una y otra vez. Todas las noches. A la misma hora.

Alicia y su hermana salían junto a la multitud de estudiantes a los pasillos para dirigirse hacia la salida del instituto tras terminar las clases del miércoles.

Su ruta diaria había dado un giro totalmente. Ya no era despertarse, vestirse con el uniforme del colegio, desayunar y esperar a papá a que las llevará a clases. Ya no era terminar el día, y esperar sentadas en las escaleras a que mamá las recogiera después de salir del trabajo como abogada. Esa vida había terminado en cuestión de segundos, hará tres meses y dos semanas.

Señor y Señora Darling fueron dos de las mil victimas que murieron en el incendio, que provocaron unos vándalos, en el cine del gran centro de Londres. Aquella noche las niñas se quedaron con la tía Millicent y el tío Henry en casa, mientras sus padres gaudían de una noche mágica de otoño viendo una película. Pero lo que comenzó siendo una noche perfecta, acabó siendo una catástrofe.

Ahora su rutina consistía en ir y volver al colegio andando o en bicicleta. Ya que el tío Henry trabajaba todo el día en el banco en donde siempre trabajó con el señor Darling. Y después, estaba la tía Millicent, que como buena ama de casa, no sabía conducir y solía estar encerrada, preparando la comida para cuando ellas llegaran. Según ella, conducir era cosa de hombres y nunca entendió como la madre de las mellizas pudo ser capaz de enfrentarse al peligro que oponía la carretera. Pero la verdad era, que Mary Darling, conducía incluso mejor que su marido.

—No digo que estés loca, Al. —replicó su hermana pequeña. Bajaron corriendo las escaleras de la salida mientras discutían, como de costumbre. —Solo digo que empieza a ser raro. ¿Y a la misma hora? Puede que creas que no es una pesadilla, pero empieza a asustarme.

—Si fuera una pesadilla, estaría en el psicólogo. —repuso con una mueca. — Siempre ha sido igual. Pero, para ser honestas, esta vez hubo algo que cambió.

—¿Qué? ¿Apareció un perro volando? Oh, por favor, Al. Son sueños, nada más. —dijo Wendy intentando olvidar por centésima vez el sueño de su hermana.

—No era un perro volador. Era... —se paró de golpe en medio de las escaleras. Se abrazó a sí misma, e hizo una mueca. Encogió los hombros y miró a su hermana, insegura, indecisa y pretendiendo que Wendy no la tomara por loca.—era un gato. —Wendy rodó los ojos exhausta. Y Alicia le siguió. —¡Lo sé! ¡Lo sé! Es una locura. Pero debes de creerme. Ese gato volaba, se hacía invisible, o mejor dicho desaparecía y aparecía cuando quería, sonreía a todas horas y hablaba.

—Deberías escribir un libro acerca de él. Suena a betseller.—dijo Wendy.

—¿A caso tu nunca has tenido un sueño que parezca real? ¿Cómo... una aventura? —preguntó Alicia. Su hermana melliza se paró de golpe. Se quedó pensativa durante unos segundos y luego negó con la cabeza. Pero Alicia no se daba por vencida. —¿Y qué me dices de tus historias? ¡Son aventuras increíbles! Extraordinarias. Incluso reales. ¡Pero totalmente fuera de la normalidad! Oh, Wendy. ¿Piratas? ¿Niños que no crecen? ¿Hadas?

—La mayoría de los cuentos infantiles de hoy en día hablan de hadas, piratas, sirenas, brujas, y todo seres mágicos, fantásticos... Nada es real. Son aventuras irreales, Al. Aventuras que simplemente surgen en mis pensamientos y acaban escritas en un papel.

Alicia asintió.—No solo en un papel. Sino, en cualquier parte. En cualquier lugar en el que puedas escribir. Sea papel, pared, mesa, silla, e incluso ropa. Te he visto escribir fragmentos de aventuras en la puerta de tu armario. Como si no pudieras de dejar de escribirlas por miedo a olvidarte. Es como si todas aquellas aventuras vivieran en ti. Diría que es un don que tienes, hermana, pero creo que es más que eso. —Wendy suspiró. —La verdad es que preferiría mil vece eso, a no soñar con gatos sonrientes, conejos con chalecos, o chicos con sombreros de copa.

Two twins in CursedlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora