De Ramona, el músico y otras excentricidades.

Ramona

        ¿Conoces a Ramona? A ella le gusta escuchar a Cortázar leer la carta que le escribe la Maga a Rocamadour, la escucha para dormir, pero ella no duerme, nunca duerme, y si lo hace, lo hace a ratos, a saltos como los gatos. En la noche cuando nadie la ve, sale de su pieza de 3x2 que arrienda cerca de Plaza Perú y camina por la Universidad de Concepción bajo los árboles oscurecidos por el azul nocturno, escuchando los cantos de las aves noctámbulas. Tampoco las puede ver porque a penas se ve los pies en la oscuridad, pero desea ser como ellas. ¡Oh, si pudiera ser como ellas! volaría en el negror de la noche hasta alcanzar las estrellas, y sería libre. ¡Sí, la preciada libertad! no le gustaría porque se sentiría sola y vacía. Cuando se da cuenta de esto se saca esos zapatos viejos y rotos que siempre trae, y corre por el césped que parece más negro que verde, sube por impulso a la cima del campanil y allí espera que amanezca, a ella le gusta sentir el frio del amanecer, dice que existe un aroma especial cuando las tinieblas comienzan a disiparse para darle cabida a la luz del día.

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Antes de continuar:

Querida o querido lector, tal vez esta primera parte te ha parecido demasiado acotada, es porque esta obra es en base a pequeños relatos entrelazados. Para darte cuenta de cómo convergen entre sí deberás leer los que siguen. Tal vez algunas cosas puedan parecerte incoherentes o podrás pensar que no tiene relación un micro-cuento con otro, pero a medida que sigas leyendo, descubrirás cómo todo tiene relación.

PD: Toda crítica constructiva es muy bien recivida y valorada, significa mucho para mi para seguir mejorando en el arte de la literatura.