Ya puso esa tal Marta su música de salón y anda bailando por toda su habitación, es que ella arrienda una de las piezas grandes del piso de arriba, si no fuera porque sus pasos retumban tan fuerte aquí en la pieza de abajo, mí pieza, la de 2x3, para peor tengo oídos hipersensibles. Me la imagino en colores con su traje arrabalero y sus tacos aguja, haciendo el recorrido paso por paso "círculo, cuadrado, ocho uno, ocho dos, patada uno, caballito... se equivocó, patada uno (otra vez), patada dos, caballito...". Una chica nueva llegó a vivir a mi departamento, Clemencia... creo, la escuché decir su nombre hoy cuando hablaba con alguien al lado afuera de la puerta de entrada, parece que no conoce a mucha gente, pero yo no quiero que me conozca (que nos conozca), no soy buena para la gente creo, pero a lo mejor... ¡No! qué estoy pensando, "en el mundo debemos existir los ignoraos", eso dijo y tiene razón, a mi me cuesta eso de las habilidades sociales, como que no tengo, antes podía tener, tenía un poco más que ahora por así decirlo, por lo menos tenía una familia... mi Litita, mi viejito...
Vivíamos los tres en una población pobre de San Carlos, mi mamá desapareció un día de la nada cuando yo tenía tres años, a mi papá nunca lo conocí y nunca me interesó, el amor de mis abuelitos siempre fue suficiente para mí y éramos felices hasta que cumplí los 17. Disculpa que la voz se me quiebre Pilito, yo sé que a nadie le gusta escuchar a otra gente llorar, ¿ves que estoy loca? ahora pienso que tu eres gente, la soledad enloquece un poco (creo). Sí, sigue ronroneando, me gusta sentirte vibrar entre mis manos, me das fuerza para ser "luchona" Pilito, me das fuerzas. ¿En qué iba? ¡ah, sí! ese día salía de la escuela, era la ceremonia de egreso y las alumnas debíamos llegar antes para el ensayo, hacía calor y las calles estaban pintadas por los ocres del sol atardecido, yo iba caminando con mi uniforme más impecable que nunca, todo tenía que estar perfecto, a lo lejos vi a una mujer apoyada en el árbol viejo de tronco torcido (ese que yo dibujaba siempre en las clases de biología y el profe me felicitaba porque era un artista, pero luego me fruncía el seño y me mandaba a inspectoría), tenía un aire nostálgico, su figura delgada estaba toda vestida de negro y colores tierra, su rostro lo escondía bajo un sombrero extrañamente similar al de mi abuela, ese que me gustaba usar cuando pequeña para bailarle tangos a mi viejito, de pronto, cuando me hube aproximado bastante, ella se quitó el sombrero, me miró a los ojos y con su mano blanca de uñas largas (cabe decir que perfectamente cuidadas y limpias) me sujetó por el hombro, yo me quedé helada, me perdí en sus profundos ojos negros y sentí como un flashback por el que de pronto tenía 3 añitos y estaba en un bote mirando los pececitos de colores que me apuntaba un dedo portador de una uña larga perfectamente cuidada y limpia... era ella, era mi mamá, miraba los peces, luego a ella, luego los peces, le sonreía, puede sentir como la amaba, y ella me amaba. Entonces regresé, quise decirle algo pero antes que yo articulara palabra ella me dijo... "Ramona", tan sólo Ramona y nada más porque de la nada apareció un hombre extrañamente tapado por un grueso abrigo café oscuro y un sombrero negro, y ella salió corriendo...
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De Ramona, el músico y otras excentricidades.
Short StoryEsta obra en desarrollo le permitirá sumergirse, a través de pequeños relatos, en el misterioso mundo de Ramona y otros peculiares personajes que de alguna forma terminarán relacionándose entre sí. Permítase viajar por los recuerdos, la nostalgia...