Vivimos los tres en un edificio de la Plaza Perú, ese que tiene las piecitas viejas de 2x3, Facundo se ríe porque Catita comienza a bailar alguna tonada que suena sólo en su cabeza, siempre le dice que está loca y Catita lo mira seria, a veces se ríe después - Soy feliz Cundo, soy feliz-. Facundo al principio parece ser serio y sarcástico, le gusta hacerse el duro, siempre muy macho, los hombres no lloran, dice. Catita le dice que es un machista -¿Qué sabes tú? Loca-. Siempre pelean estos dos; por quién lava los platos, por quién cocina, por la silla o el piso, porque esa actriz es bonita, que no que es fea, que esto que aquello. Pero cuando le duele la guatita ahí esta Cundo sobándole con sus manos calientes, siempre calientes, y le lleva el bolso cuando está pesado. -Eres una regalona_ -Igual me quieres (sonríe)_ -Te estimo-. Según Catita Cundo es el malo y yo soy el bueno, por eso cuando le digo alguna pesadez me dice que me estoy pareciendo a Cundo, "tu eres el bueno, entiende" y hace una mueca, luego se ríe, siempre nos reímos, en las piezas, en el balcón, mirando el campanil y ella de la nada me acaricia el pelo, o la barbilla, o un brazo. Ella siempre me anima a cantar, vive diciéndome que soy bueno, que mi voz es tan linda y que soy muy talentoso, y yo no soy muy bueno para recibir elogios, digo que no me gustan y ella a veces se queda con ellos en la comisura de los labios.
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De Ramona, el músico y otras excentricidades.
Short StoryEsta obra en desarrollo le permitirá sumergirse, a través de pequeños relatos, en el misterioso mundo de Ramona y otros peculiares personajes que de alguna forma terminarán relacionándose entre sí. Permítase viajar por los recuerdos, la nostalgia...