La casona

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  • Dedicado a San Carlos
                                    

          Todavía veo al viejo sentado en su sillón roto, sacando cuentas. Se creía baterista tocando con los dedos al son de la música de la emisora de siempre, Ocarina FM. También me veo a mi, gordita y con mis trenzas jugando entre sus pies guatones bajo su escritorio, tirándole los pelos de los dedos y siguiéndolo a todas partes por los corredores, llena de risas entre los árboles o bajo el parrón de la vieja casa, en el pequeño y copuchento San Carlos. Ya basta Ramona, ya basta de recordar, pensar hace daño, tienes que ser luchona decía tu abuelita. Claro, eso decía antes de que me fuera, tenía que desaparecer, dejarlos a todos, eso tenía que hacer, fue lo mejor Ramona, ¡Maldita sea! 

De Ramona, el músico y otras excentricidades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora