Capítulo 5: Te lo prometo

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Mientras Clara comía, Natalia le contó a la Mari lo que hicimos aquel día.

Empezó a hablarle de la comida, del cine y que al final vimos la película de miedo que ella nos dijo. Entonces me miró y me preguntó con ganas de cotillear – Así que al final habéis ido a ver esa, ¿no decías que no Alba? –la miré y me sonrojé antes de decirle que no había nada más que mereciese la pena.

Ella al escuchar aquello siguió – Ya claro, ¿y lo has pasado muy mal? – le respondí aún con otro tono en mi cara – Pues había algunas escenas en las que me daban micro infartos... – se rio y añadió – Ya porque en el resto de ellas ni siquiera te fijaste, ¿verdad? –miré a Nat y agaché la cabeza cuando dije – Gracias Nat por decirnos que fuésemos a ver esa película –. Se acercó a mí y cuando me dio un abrazo me dijo – De nada, sabía que iba a merecer la pena que pasaras un poco de miedo –.

Volvió a su sitio y Audrey siguió contándole cosas de la cena que nos preparó. Cuando iba a seguir contándole lo que hicimos después, le grite – ¡Nat! Creo que no hace falta contar más detalles –me puse roja y ella me respondió burlona – ¿Por qué?, ¿te avergüenzas de algo? – negué con la cabeza antes de decirle que no creía que a María le iba a interesar aquello, pero intentando avergonzarme esta dijo que sí.

Había veces que la odiaba.

Terminé de darle el pecho a Clara y me levanté para dejarla en su cuna mientras decía – Pues si piensas contarle lo que ha pasado, por favor, cuéntaselo mientras voy a la ducha, que me da mucha vergüenza –. Ellas me sonrieron y yo me fui a la habitación a coger ropa para ponerme después de ducharme. Entré al cuarto de baño y dejé la puerta sin cerrar como de costumbre. Empecé a ducharme y cuando estaba aclarándome noté que me faltaba el aire, me empecé a marear y me caí.

Narra Natalia:

Desde el baño se escuchó un golpe, y miré a María un segundo antes de salir corriendo hacia allí. Entré corriendo y me la encontré tirada en la ducha encima de mucha sangre. Empecé a llamarla para ver si respondía mientras comencé a llorar desconsoladamente. No podía perderla, ella lo era todo.No sabía si ella me podía escuchar, pero necesitaba decirle que estaba allí con ella y que no me separaría en ningún momento, que la quería.

La sequé suavemente y le pedí ayuda a María para vestirla con algo, mientras esperábamos a la ambulancia a la que Mari había llamado. La verdad es que ni se me pasó por la cabeza el hecho de que esta la viese desnuda, suponía que la había visto más veces siendo su amiga y no pensé en ello.

Estábamos muy preocupadas, vi cómo intentó abrir los ojos y en ese momento probablemente me vería llorando, pero yo no podía parar, aunque quisiese. La vi que iba a decir algo, pero no tenía fuerzas ni para aquello. Entonces dijo – Nat... – sólo dijo mi nombre. La miré y la abracé diciéndole que todo iría bien, que estaría con ella todo el rato, y volvió a perder el conocimiento.

Narra Alba:

Cuando me desperté estaba en el hospital y me dolía mucho la cabeza. Miré alrededor y vi a Nat en el sillón que había para los acompañantes. Entonces dije – Nat, ¿qué ha pasado? –.

Se levantó de un golpe de aquel sillón y se vino a donde mí a abrazarme. Me contó que me caí en la ducha y que me habían traído al hospital porque me quedé inconsciente. Después le pregunté – ¿Qué tengo? –ella me respondió acariciándome la cara – 6 puntos en la nuca y un corte de pelo precioso para conjuntar esa zona – me reí por aquello, sintiendo un fuerte pinchazo en la parte trasera de mi cabeza.

También le pregunté por lo que había dicho la médica que me atendió y me respondió – Me ha dicho que has tenido un ataque de ansiedad por el estrés acumulado, ¿por qué no me habías dicho que solías tener ataques de ansiedad? –yo bajé la cabeza y le respondí a aquello como pude – Lo siento, yo no quería que os preocupaseis por mí –.

Nuevas sensaciones - ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora