The rise of Ben Solo

Capítulo 9

El juicio presidido por el Consejo de guerra dio comienzo esa misma tarde. Ben sería el primero de los prisioneros en ser juzgado. Fue conducido hasta una sala circular, rodeada de gradas para los espectadores y un estrado para los altos cargos y generales del Consejo post guerra que decidirían su futuro y el de los demás prisioneros de la Primera Orden. Entre las personas sentadas en el estrado estaban Poe, Finn y Maz Khanata, que sustituía a Leía. La silla que hubiera correspondido a la princesa permanecía vacía, en muestra de respeto.

Las gradas se habían llenado de testigos curiosos, que observaban todo atentamente. Cuando Ben entró finalmente en la sala, conducido por dos guardias, provocó todo tipo de comentarios entre los espectadores. La opinión parecía estar muy dividida: Algunos sabían de su participación en la derrota de Palpatine, por lo que apoyaban una amnistía, apelando con voz firme a los miembros del Consejo por su vida; otros opinaban que, aun así, merecía un castigo ejemplar, aunque no la muerte. Los menos, ignorantes de la inestimable ayuda prestada por Ben, no cejaban en su empeño por exigir la pena máxima: la ejecución del Supremo Líder Kylo Ren. La mayoría, sin embargo, no sabían ni quién era aquel joven.

La Portavoz se levantó de su asiento y mandó callar con su voz firme y autoritaria a todos, que obedecieron al instante.

Rey, sentada junto a Rose en primera fila, no le quitó la vista de encima a Ben en ningún momento. Vio cómo tomaba asiento en el centro de la sala y dirigía la vista al frente, analizando uno a uno a los miembros del Consejo, y deteniéndose un instante de más en la silla vacía de su madre. Después, miró directamente a Rey y le dedicó una tímida y fugaz sonrisa para tranquilizarla.

-Nos hemos reunido para tratar el caso del antiguo Líder Supremo de la Primera Orden, conocido por el nombre de Kylo Ren –informó la Portavoz -. Este hombre ha sido nuestro enemigo durante años, pero hemos de valorar también que finalmente renunció a su puesto y se enfrentó a Palpatine. Deliberaremos pues si merece un castigo ejemplar, o sus actos ameritan una amnistía.

La Portavoz volvió a tomar asiento, dando lugar a las deliberaciones. La primera en intervenir fue la anciana Maz:

-Sin la ayuda de este joven, que puso en peligro su propia vida desinteresadamente, no hubiéramos podido derrotar a nuestro gran enemigo, el antiguo emperador Palpatine –sentenció Maz con voz firme-. La general Organa confiaba en que su hijo nos brindaría su ayuda en el momento crucial; y no estaba equivocada. Kylo Ren sólo fue un títere del emperador, pero supo volver como Ben Solo Skywalker, su verdadera identidad, cuando más lo necesitábamos.

<<¡No puede ser! ¿Kylo Ren es el hijo de la general Organa?>> se preguntaron en alto algunos, incrédulos.

<<¡El nieto de Vader! ¡Pues claro! ¡Son una familia de traidores! –exclamaban otros, horrorizados, con voces llenas de un profundo anhelo de revancha.

-¿Debemos concederle la amnistía por un último acto de redención? –Intervino otro miembro del Consejo - ¿Olvidar el pasado? Un buen acto no borra todos los demás delitos.

¡MUERTE! –gritó entonces un exacerbado entre el público, que fue inmediatamente expulsado de la sala.

-Las leyes del nuevo Gobierno no contemplan la pena de muerte. Si lo hacemos, ¿en qué nos diferenciaríamos del enemigo? –informó a todos los presentes en la sala la Portavoz -. No se está juzgando aquí si Kylo Ren, o Ben Solo, merece la muerte, sino su posible castigo o amnistía. Si alguien más vuelve a proferir gritos de odio, será expulsado de la sala inmediatamente.

Rose abrazó a Rey nada más escucharlo, y ésta dejó escapar un suspiro de alivio, al mismo tiempo que cruzaba una profunda mirada con Ben. Decidiera lo que decidiese el Consejo, Ben viviría, y eso era lo único que importaba. Pero Ben aún permanecía tenso, expectante ante lo que el Consejo decidiera hacer con su futuro. Rey merecía una buena vida, y no estaba seguro de que él pudiera ofrecérsela ya.