CAPÍTULO 27. JULIEN 26.

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Esos rascacielos tenían fachadas de colores fríos y figuras geométricas afiladas, que se alzaban sobre los peatones como gigantes sofocantes. Sus vestíbulos estaban cubiertos con brillantes ladrillos de cemento pulidos a la perfección, y estaban vigilados por los muchachos del lobby y los guardias de seguridad que saludaban a cada transeúnte con miradas educadas pero distantes.

Cada edificio tenía un plano de planta de ascensor diferente y seguía sus propios protocolos. Algunos ascensores solo se detuvieron en pisos con números impares, y otros solo en pares. Algunos solo permitían el tráfico en una dirección, mientras que otros requerían un deslizamiento de la tarjeta para la autorización. Un visitante primerizo podría confundirse fácilmente con estas reglas y sentirse como un extraño no deseado.

Pero la Torre Gemela fue una excepción. A pesar de varias renovaciones, el edificio le era tan familiar como el dorso de la mano, porque había trabajado allí como interno durante seis meses. Sin embargo, la pasantía no terminó bien para él: preferirían mantener al graduado de la Ivy League a pesar de que solo conocía el sistema de derecho consuetudinario.

Las cosas eran diferentes ahora. Esos abogados con currículums bonitos eran decorativos en el mejor de los casos, solo capaces de manejar casos regulares. Cuando se trataba de áreas altamente especializadas, tenían que buscar su consulta. En este edificio, "el pequeño Zhao el interno" ya se había convertido en "Maestro Zhao".

Sin embargo, todavía recordaba claramente cada pasillo y el armario de cada conserje escondido en este edificio. Incluso cuando las luces estaban apagadas, podía esquivar con confianza todas las cámaras de seguridad.

Desafortunadamente para él, sin embargo, las probabilidades no estaban a su favor esta vez.

Estaba escondido en la multitud, listo para disfrutar de la "actuación sensacional" de la "pantalla del cielo" cuando Fei Du interrumpió repentinamente el programa. Indignado, estaba casi seguro de que se trataba de algún tipo de marketing de eventos despreciable e insípido, tal vez para ayudar a su propio paquete, o tal vez simplemente por razones comerciales.

Estas personas poseían una riqueza y recursos sociales inimaginables, incluso si la mayoría de ellos eran escoria sin valor que se quedaba dormida en las reuniones diarias y estaba confundida por los informes más elementales. Con la ayuda de innumerables profesionales que viven de sus cheques de pago, tan pronto como tomen decisiones obvias o lleguen a un acuerdo fácil, serán considerados como los "sabios ejemplares de la generación".

Un policía y varios guardias de seguridad que se ofrecieron para ayudar se acercaron: “¡Disculpe! ¡Atención por favor! La policía está realizando una inspección de seguridad en los tejados. Manténgase alejado de los edificios altos ya que puede haber riesgos de seguridad. ¡Muchas gracias por su comprensión! ¡Gracias! ¡Gracias por su cooperación! Es para la seguridad de todos ... "

La multitud se agitó y se alejó lentamente. Nadie se dio cuenta de que un hombre culto y bien afeitado se había dado la vuelta y desaparecido en la oscuridad.

La policía había venido a despedir a las personas aquí. Esto significaba que ya habían comenzado a buscar en esta área, o al menos estaban a punto de hacerlo. Sin embargo, esa estúpida mujer todavía no había saltado todavía.

No sabía si ella se asustó de repente, o si la actuación barata de ese chico de cara bonita la había engañado. De todos modos, tenía planes de respaldo: la azotea de la Torre A solo tenía un lado que daba a la Plaza Central. Había hecho algunos "arreglos" en la valla de seguridad. Entonces, incluso si ella dudara, la cerca suelta "tomaría una decisión" por ella.

Se suponía que su plan era perfecto. ¿Pero por qué no funcionó? ¿Qué salió mal?

Tuvo que volver para resolverlo.

NOVELA (L-S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora