Caminando con la muerte

La cueva

-¿Qué has encontrado? - le dijo Luna acercándose a Arya. Al acercarse la vio con la mirada perdida en el infinito. - ¿Estás bien?

-Sí, no pasa nada - respondió Arya sacudiendo la cabeza. - Hay una cueva allí abajo, podemos ir a mirar.

Luna fue primero buscando un camino por el cual bajar y Arya la seguía. La entrada a la cueva era pequeña y tenían que entrar gateando, pero su interior era bastante grande con una piedra plana lo suficientemente grande para que se tumbasen las dos juntas.

-Me encanta, pero le falta decorarla, hacerla nuestra. ¿Qué te parece volver por la tarde con cosas para decorarla? Tengo hambre ya.

Arya asintió  las dos recorrieron el camino de vuelta a su casa. Comieron rápidamente y se pusieron a buscar todo lo que podría serles útil: posters, juegos de mesa, cojines, mantas... Lo metieron todo en las mochilas y volvieron a la cueva.

Tras una hora colocando todo la cueva ya se había convertido en su guarida. Arya se tumbó en la piedra y llamó a Luna con gestos, para que se acostase con ella. Se tumbó a su lado y Arya la abrazó, se taparon con la manta y se quedaron dormidas.

Cuando se despertó Luna ya estaba anocheciendo. Arya se encontraba tumbada sobre su pecho. La despertó despacito y le dio un beso en la frente.

-Ya es hora de que volvamos a casa, está anocheciendo.

Arya se acercó a la cara de Luna, le dio un beso medio en los labios medio en la mejilla y se dejó caer en la almohada de nuevo.

-Venga dormilona, arriba.- dijo Luna pensando en el extraño beso y mientras agitaba ligeramente a Arya.

Arya se incorporó, un poco sonrojada y con algo de miedo en los ojos. Luna la cogió del brazo, la levantó y volvieron a su casa.