Una visita inesperada

8 0 0
                                    

El tiempo fue pasando y ahora pasaban su tiempo libre en la cueva. El cumpleaños de Luna se acercaba y por las noches Arya se escabullía para poder prepararle un regalo.

Llegó el día y a la salida del colegio Arya se despidió de Luna y fue a hacer la compra y de camino a casa recogió la tarta que había pedido para celebrar. Cuando llegó a la casa y abrió la puerta escuchó una voz muy profunda y enfadada.

-Por fin te has dispuesto a vol...- el hombre se giró y vio a Arya - ¿Quién eres tú y cómo tienes las llaves de mi casa?

-Disculpe, ¿dónde esta Luna?

-¿Luna? ¿Tú también? Yo no conozco a ninguna Luna.

-Luna, su hija. Supongo que usted es su padre, ¿dónde está? - preguntó Arya preocupada.

-Yo no tengo ninguna hija, yo tengo un hijo, ¿y qué haces tú aquí?

Arya sabía que algo iba mal, dejó la compra y se fue corriendo a la cueva. Si Luna no estaba en la casa debía estar allí. Fue corriendo y en cuanto entró se encontró a Luna llorando en la cama. Ella la abrazó y Luna se hizo un pequeño ovillo en sus brazos. Ninguna dijo nada y estuvieron abrazadas hasta que a Luna le empezó a sonar el estómago.

-Parece que tienes hambre - dijo Arya suavemente. Fue a su mochila y sacó la tarta que había comprado -. Feliz cumpleaños, tal vez te apetece un poco de tarta - se volvió a sentar al lado de Luna y puso la tarta en medio para que las dos pudiesen coger. Luna estaba roja de tanto llorar.

-Lo siento - dijo Luna una vez acabaron con la tarta.

-No pasa nada - respondió Arya con una sonrisa de simpatía -. Si quieres hablar de ello siempre puedes decirme.

-Soy trans - dijo Luna tras un rato callada y mirando al suelo -. No sé si sabes que significa. Mi padre nunca lo ha aceptado. Y hoy ha aparecido en casa sin avisar y ha empezado a hacerme misgender y a llamarme por mi deadname, y no he podido más y he tenido que salir corriendo - decía mientras empezó a llorar desconsoladamente -. Es muy difícil, todo el odio de la gente, el bulling, tener miedo de todo el mundo por cómo pueden reaccionar, el estar sola siempre, no querer juntarte con nadie por si acaso. Me siento como si esta no fuese mi vida, como si fuese una falsa -ya no podía hablar entre las lágrimas y sollozos.

Arya la abrazó y la tumbó a su lado, la rodeaba, la protegía de aquel mundo que tanto daño le había hecho, y aunque no entendía todo, sabía que era muy importante para ella y la necesitaba.

-No te preocupes, estoy aquí contigo, no te voy a abandonar - le dijo Arya suavemente en el oído.

Arya se pasó toda la tarde abrazando a Luna que poco a poco sollozaba menos. Empezó a anochecer y ambas sabían que era la hora de volver. Cuando llegaron el padre de Luna estaba esperando e iracundo.

-Ya te has dignado a volver, eh. ¿Y que hace esta aquí otra vez? A ver si...- empezó a gritar.

-¿A ver si qué? Es usted un padre horrible debería avergonzarse y pedirle disculpas a su hija que está destrozada por su culpa. Y ahora déjenos en paz - saltó Arya. El padre de Luna primero se mostró iracundo por la interrupción e intrusión, pero después dio un salto hacia atrás, con la cara reflejando un enorme miedo.

Arya agarró a Luna por el brazo y las dos entraron en la habitación y se acostaron abrazadas como en la cueva antes mientras el padre se había quedado inmóvil en la entrada.

Caminando con la muerteWhere stories live. Discover now