Revelando el secreto.

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Caminé junto al hombre cuyo nombre aún era desconocido.
-¿Cuál es tú nombre?- Me dispuse a preguntar.
-Ah perdona, mi nombre es Adalla Carter.-

-Es un nombre bastante peculiar.-Dije al jamás escuchar ese nombre.

-Mi nombre es árabe, no soy árabe pero mi madre quiso así mi nombre ¿Y el suyo?-
-Ah... Ib... Solo Ib- No habíamos caminado mucho cuando él se detuvo en una casa.
-Muy bien "solo Ib"... Entre, la guiaré a la habitación.-
-¿No hay nadie más?- Entré con cautela.
-Hmmm no, vivo solo, pero si lo que le preocupa es su privacidad tome...- Se volteó y extendió sus manos con una llave.-Es el único juego de la habitación donde estará.- Sonrió.

Tomé la llave.-Gracias...-

Cerró la puerta y caminó delante de mí subiendo unas escaleras, conduciéndome hacia un cuarto a la izquierda.
-Aquí está su cuarto.-
-Gracias... Tengo una pregunta...- Abrí la habitación.
-Dígame...-

Volteé a verlo.- ¿No se preocupa invitar a una desconocida a su casa?- Me acerqué a él completamente pegándolo a la pared.
-Le pido... Eeh... Se aleje se mi.- Dijo poniéndose un poco rojo y tratando de moverse a uno de los lados para librarse.
No me estaba resistiendo a los impulsos. Lo aventé a mi habitación haciendo que el cayera en la entrada, y acto seguido me puse encima de él, me acerqué a su cuello y lo olí, el olor de su sangre era dulce, pero algo en mi reaccionó, no debía hacer eso. Me dejé rendir quedando encima de él totalmente apenada.
-Lo lamento... A lo mejor deberías matarme... Yo, no se... Qué fue lo que realmente me pasó, estoy perdida.- Sentía el ardor en mis ojos de querer llorar, pero mis ojos no mostraban señal alguna de querer hacer brotar alguna lágrima.
Adalla solo se quedó sorprendido, no podía moverse conmigo encima, y es que mi miedo impedía quitarme de encima para que él pudiese moverse.
-¿Q-qué es usted? Espero no le moleste la pregunta.- Tartamudeó sin intentar moverse.
Me sorprendió que el hombre no gritase ante ese ataque, pero podía sentir su miedo, y no lo culpaba, le había atacado sin razón alguna.-Soy una vampira.-
Hubo un gran silencio, entonces el intentó moverse pero puse fuerza por el miedo de que fuera a matarme o hacerme algún daño.
-Tranquila... No deseo hacerte daño.-
Acarició mi cabeza con una de sus manos, entonces confíe en él y quité la fuerza sentándome a un lado.
Él se sentó lento y tranquilamente.
-¿En qué le puedo ayudar señorita vampira Ib?- Me sonrió.
"¿Es esto una broma?" Me pregunté a la par de sentirme extraña y apenada por tal expresión que él había usado.
-No juegue conmigo... No sabe de lo que soy capaz, y si me entero que le dice a alguien más sobre mí, lo borraré del mundo junto con aquella otra persona.-
-Ya, ya... Entiendo. No es una broma señorita, deseo ayudarla así como usted me ayudó con esos criminales que querían asesinarme, y si lo primero que necesita usted es sangre por favor beba de la mía.-
Cerró los ojos después de eso y ladeó su cuello hacia su derecha.
Me sentí extraña, y su olor me atraía, empezaba a sentir el ardor de mi garganta, no me resistía, pero estaba siendo muy caballeroso, no quería que pasara lo de antes. Me enfadé un poco pero decidida tomé la mano de Adalla.
-¿Puedo beber mejor de tu mano?-
Él quedó sorprendido, pero después sonrió accediendo con la cabeza.
Me acerqué a su mano, salieron mis colmillos y los encajé en su tierna piel.
Escuché el gemido del dolor que le provocó, me sentí mal, pero lo doloroso había pasado. Succioné el líquido que lentamente empezó a cubrir mi garganta, la sensación era reconfortante, sabía que no debía beber mucho, así que después de un minuto dejé de succionar y saqué mis colmillos de su mano, salieron unas pequeñas gotas de sangre, debía buscar algo con que cubrirle la herida, busqué a los lados una venda, o prenda o algo que cubriera la herida.
-No te preocupes.- Sonrió.- Yo me vendaré la herida luego.-
-¿Porqué haces esto?- Sospeché que detrás de todo lo que estaba haciendo ese hombre era solo para "apuñalarme por la espalda".
-Cuando mi madre vivía yo solía ser aprendiz de mayordomo, sirvo a las personas, pero con la desconfianza que ahora se tiene nadie ha querido que yo le sirva, aburrido quise entrar al bando de la adrenalina, pero aquellos tipos que venciste no lo tomaron a bien, y te conocí, vi tu fuerza y por eso te propongo mi ayuda. Quiero hacer algo por alguien nuevamente, justo como era antes.-
Me quedé sorprendida en mis adentros.
-Ni siquiera sé quién soy... Necesito buscar mi pasado y...-
-Shhh... Calle.- Me interrumpió.- Yo igual estoy interesado en su pasado, no me importa lo que sea, quiero acompañarle y apoyarle con lo que pueda.-
Me quedé pensando... Pudiera ser que enserio Adalla dijera la verdad pues su calor corporal era el mismo, y si hubiera mentido, este hubiera aumentado.
Sonreí y estiré mi mano para simbolizar un trato.
-Necesito de tu confianza, de tu ayuda en conocimiento y de tu cooperación... ¿Aceptas ser mi compañero?-
-Claro.- Estiró la mano de donde había absorbido su sangre y estrechamos nuestras manos.

Su forma, su persona... Me llaman la atención... No sé que sea, pero sé que un día lo descubriré.



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Hola n.n subí este un poquito más largo por el atraso xDD se me olvidó escribir xP ¿Para qué mentirles? XD Estuve pensando y al final dije... Que el chico sea medio masoquista... Sólo un poco...
El nombre del chico me ayudó a elegirlo un "hermano" y me agradó xD jajaja no se confundan... Adalla es hombre, Ib mujer...
Nos vemos en el próximo capítulo n.n

La verdadera muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora