TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Respeta y evita consecuencias legales.
.
TERMINADA → Primer libro de la Trilogía Pasado
Soberbio, egocéntrico, problemático y encantador eran las palabras con las que Cameron Twist era descrito por la mayoría de las p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✙ editado ✙
El silencio era lo único ensordecedor que retumbaba entre las paredes de la casa luego de la conversación que tuve con Cameron. Todavía no podía dejar de recordar sus ojos y su expresión al decir aquello. Me mantenía serena ante todo eso, demostrando una seguridad en mí misma que no tenía para que no se sobrepasaran conmigo.
Pero débilmente esa seguridad se mantenía dispuesta, y tenía una leve corazonada que después de esa noche, debía hacer mucho más que pretender tener todo bajo control.
Una hora después de un completo silencio en la casa, donde mi angustia y estrés evolucionaron a mil por hora, uno de los chicos se levantó.
—Listo, hablé con John. —informó guardando el celular. Cameron quitó la mirada del cenicero y lo observó—Lorenzo nos esperará en Cúcuta con una Pickup.
El miedo comenzó nuevamente, a apoderarse de mi persona.
Entonces era verdad.
Tenía que irme de mi hogar sin saber con exactitud cuál sería el siguiente movimiento, teniendo que confiar en tres completos desconocidos, donde uno de ellos parecía ser el peor asesino del mundo, a un país desconocido con quien sabe quien.
¿Por qué no pudo venir mi tío?
Me rehusaba a creer que estos criminales trabajaban para él.
—Al llegar nos quedaremos en un hotel hasta esperar que nos confirmen el código de acceso. —ordenó, de pronto todos se levantaron. Yo imité la acción un poco confundida— ¿Tienes los autos? —preguntó a uno de los chicos, concentrando su atención en buscar una camisa limpia en el bolso que habían traído.
Evité mirar de más, porque me parecía inapropiado, pero se me hizo imposible. Tomó entre sus dedos los bordes de la camisa, alzándola, dejando poco a poco a la vista su increíble abdomen bien trabajado. Sus brazos estaban bien decorados por venas pronunciadas y un tatuaje algo visible en la parte de su muñeca izquierda.
Tragué saliva, «quien pudiera ser aquella camisa.»
—¿Quieres verlo más de cerca, niña?—su voz pícara me sobresaltó, me había quedado observando su torso más de la cuenta. Bajé la cabeza un poco sonrojada, Zack nos miró alzando una ceja.
—Uh-hum. —carraspeó captando nuestra atención—Si, Mairus tiene todo arreglado. —dijo un tanto confuso por nuestras actitudes.
—Perfecto, toma. —me arrojó unos jeans y una chaqueta—Cámbiate, rápido.
—¿Qué pasará con Williams? No iré a ningún lado sin él. —advertí antes que nada.
—Niña, hay más hombres con los que puedes follar. Tu inútil noviecito estará bien.