—Ya me había alegrado porque no te volvería a ver. —llegó hasta nosotros Lorenzo con cara de pocos amigos—Agradece que la pelirroja tiene humanidad, yo hubiera dejado que te mataran. —respondió de manera borde haciéndome molestar.
Me acerqué a él con la intención de golpearlo, ganas no me faltaban en verdad. Pero mi cuerpo estaba técnicamente destrozado y me sentía agotado. Se con certeza que nos tenemos un cariño digno de admirar —nótese el sarcasmo— pero también sé cuando será el mejor momento para joderle la vida, y no es hoy.
—A mi tampoco me da gusto ver tu cara de gay, parce. Pero seamos sinceros en algo, mientras yo esté en esta basura las cosas no se saldrán tanto de control. —le di unas palmadas en el hombro y observé como se cabreo.
—No olvides donde perteneces, Cameron. —me miró con odio al darse cuenta que me mantenía relajado con mis manos en los bolsillos—Puedo hacer que te pudras en prisión cuando quiera, y saldré ileso. —sonrió con cinismo.
—Nadie irá a prisión, dejen de comportarse como niños pequeños tratando de llamar la atención.—Abril se posicionó molesta en medio de ambos—Mientras mi madre siga allá afuera van a tratar de llevarse bien, al menos frente a mi. —volteó hacia ambos lados para asegurarse que la estábamos escuchando—Por ahora, hay que concentrarnos en saber quién es ese hombre. —señaló con la barbilla a mi padre que se encontraba inconsciente en el suelo del aparcamiento.
—Si... —agarré el puente de mi nariz y cerré por segundos mis ojos para calmar mis ganas de matarlo—Es mi padre. Hay que llevarlo a la habitación del pánico.
—¿Es tu qué? —preguntó Abril asombrada, no la culpo, lo atractivo y encantador fue heredado de mi madre.
—Un padre, niña. Ese hombre que se folla a tu mamá, ella sale embarazada y después se va a la mierda creyendo que una mesada recompensará su semen, ¿sabes? —rodé los ojos con los brazos cruzados.
—Eres degenerado, ¿lo sabías? —ignoré su comentario lanzándole un beso y sonriendo con chocancia.
—Como sea. —el moreno frunció el ceño—Abril tiene razón. Hay que saber que hace en territorio ajeno sin una justificación. —hizo un gesto hacia un lado. Dos hombres llegaron hasta donde nos encontrábamos, agarraron a Connor como si estuviera muerto y desaparecieron por la gran puerta de entrada.
—¿Algo nuevo con la dirección que nos dio el desgraciado? —preguntó Mairus.
—Emerik descubrió que, —arrugó sus cejas y miró de arriba hacia abajo al pequeño—Mairus, ¿Qué rayos te pasó? ¿Ahora trabajas en un matadero de cerdos? —aplanó sus labios para no reírse.
Yo hice el mismo gesto cuando noté como estaba el niño, su camisa blanca junto con la mitad de sus vaqueros oscuros estaban llenos de sangre, su cabello había recibido también algunas gotas de esta.
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Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓN
AcciónTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Respeta y evita consecuencias legales. . TERMINADA → Primer libro de la Trilogía Pasado Soberbio, egocéntrico, problemático y encantador eran las palabras con las que Cameron Twist era descrito por la mayoría de las p...