"Si en Navidad cantamos villancicos, quiero cantarlos contigo a mí lado."
La navidad es considerada por muchos la mejor época del año, porque logramos sacar el lado más dulce que posee cada ser humano. ¿Te gustaría leer las diferentes historias crea...
HoSeok estaba caminando de un lugar a otro sin llegar a alguna parte, sus emociones estaban al límite y su cabeza dolía como los mil demonios, ¿en qué momento se fue a enamorar de su mejor amigo?
Desde hace tiempo atrás notó que cada vez que estaba cerca del menor su corazón latía con fuerza, pero no le había tomado tanta importancia, no hasta que llegó ese bendito día en el que él mismísimo JungKook lo había llamado para decirle que pasaran la tarde juntos y en cuanto llegó a su hogar la señora Jeon salió de este.
—Oh, hola HoSeokie, ¿cómo estás?
—Hola señora Jeon. Bien, ¿y usted cómo está?
—Muy bien cariño. Lo siento, me tengo que ir, JungKook está en su habitación
—Gracias señora.
—No hay de qué.
HoSeok entro a la ya muy conocida casa y se dirigió a la habitación del menor, entro sin tocar la puerta y se quedó en shock al ver tal escena.
JungKook se estaba vistiendo, al parecer acababa de salir de la ducha, y sólo se encontraba con su boxer.
—¡Joder HoSeok!
HoSeok había salido de la habitación lo más pronto posible no sin antes mirar el buen cuerpo que tenía su mejor amigo.
Por esa razón ahora se encontraba en el pasillo caminando de un lugar a otro, antes no lo hubiera aceptado, pero sabía que sentía algo por el menor y ya no podía seguir negándolo, pero ahora tenía miedo de ser rechazado.
No supo cuánto tiempo había pasado y ahora un JungKook completamente avergonzado estaba en la puerta observando de reojo a HoSeok, sus intenciones era hablar y olvidar ese momento incómodo y les juro que estaba por hacerlo, pero el miedo lo invadió, no sabía por qué tenía tanto miedo si sólo quería olvidar ese momento y decirle a HoSeok que fue un accidente pero no podía.
Habían pasado aproximadamente unos cinco minutos de que JungKook estaba parado en la puerta de su habitación y HoSeok ni siquiera lo había notado.
—¿Seguirás dando vueltas o ya nos podemos ir? —preguntó el menor aún algo avergonzado.
—Oh, lo siento. No me percaté de que ya habías salido.
—Entonces....
—JungKookie, lo siento.
–¿Eh?
—Por lo de hace unos minutos, yo...
—Olvídalo Hobi, fue un accidente, los accidentes ocurren así que tranquilo.
—JungKook.
—¿Sí?
—Nada...
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Los ojos de JungKook se iluminaron al ver el gran árbol de navidad que había en el centro comercial, había ropa y objetos navideños por doquier.
