16.

2.5K 170 1
                                    


Habían pasado ya 4 meses desde que Harry no sabía nada de su amada Sarah sí, se había enamorado y quizá así estaba pagando por todo lo que había hecho, enamorándose, una de las más mejores y peores cosas en la vida, ansiaba tanto verla, escuchar su voz, tocar su piel, había estado comportandose para su liberación pronta, según Estela, su especialista, sólo tenía que aguantar unos pocos días más y si el se comportaba de lo mejor ellos lo liberarían a la velocidad de la luz, mientras tanto sólo debía esperar, sacar a relucir la poca paciencia y calma que le quedaba, su pelo había crecido por lo que lo acomodaba con tiras de tela que el mismo había hecho, su cuerpo había engordado algunos kilos pero se miraban bien en el y también le había crecido el bigote, unos tres toques hicieron sonar en su pequeño espacio de habitación y rápidamente supo que se trataba de Estela, se impacientó, tenía el pequeño presentimiento de que algo bueno sería, el mismo que sintió cuando remplazaron a su otro especialista y en su lugar remplazo a Sarah, suspiro, la extrañaba demasiado. Estela hizo presencia en la habitación y noto que que la sonrisa que traía jamás se la había visto, era grande y reluciente como si hubiera recibido una gran noticia.

- ¡Eres libre Harry, desde hoy eres libre!- dijo ella emocionada mientras que Harry quedaba estático en su lugar, no podía creérselo, era libre, ya podría salir de allí y buscar al fin su felicidad que estaba nada más y nada menos que al lado de su Sarah.

Sonrió como nunca antes había sonreído y sin más abrazo a Estela, no era un abrazo con segundas intenciones, era un abrazo de agradecimiento y felicidad, Estela gustosa acepto.

- Sólo tienes que firmar unos documentos en los que tu aseguras estar ya bien para seguir con tu vida y blah blah esas cosas - dijo ella aún sonriendo después del abrazo.

- Gracias Estela, muchas gracias de verdad por haberme ayudado a salir de aquí, no sabes lo mucho que te agradezco - dijo el sincero.

- Ya no digas nada Harry, ahora ve, al fin eres libre así que no desperdicies el tiempo y ve a buscarla - dijo ella. El la miro confundido- ¿creíste que no te escuchaba verdad? Claro que sí. Siempre te escuche, sólo que mi programa para ti era escucharte y no decir nada, que tuvieras alguien con quien desahogarte y olvidar eso que no te dejaba seguir adelante y ahora que estas bien mi trabajo ha terminado, ha sido un excelente placer haberte conocido Harry Styles - dijo ella extendiendo su mano hacia el que con gusto acepto.

- El placer es todo mío Estela, de nuevo gracias.

Ella le guiñó el ojo en amistad y le extendió un papel en el que contenía su número - llámame cuando necesites algo ¿sí? Aquí tienes una amiga

El sonrió y tomo el papel- en realidad te necesito desde ahorita - ella río.

Harry firmo todos los papeles que tenía que firmar y después salió corriendo impaciente por la puerta, era la primera vez en casi dos años que salía el sólo sin tener que alguien lo este checando, sonrió y miro, aún estaba el sol por lo que quizá tendría tiempo para hacer las cosas que tenía que hacer antes que ir a buscar a Harry.
Estela lo había acompañado o más bien llevado a todos los lugares que Harry pedía; al banco por sus tarjetas, a tiendas departamentales por ropa limpia y a una tienda de súper mercado por productos higiénicos para darse una rápida ducha en casa de Estela antes de aparecer en la puerta de Sarah.
Agradeció mucho a Estela antes de bajar de su coche a lo que ella sólo sonrió e hizo un ademan restandole importancia.

- ya sabes, si te corre, llámame - dijo ella sonriendo y marchando de allí.

Harry sonrió, consideraba a Estela una amiga de verdad, miro una vez más el gran edificio ante el , había pasado tanto desde que había estado allí y se encontraba nervioso por ello. El elevador se abrió revelando el piso donde ella vivía, estaba tranquilo y sólo, salió de allí trabando saliva y se aproximó a la puerta que recordaba que era el apartamento de Sarah, secó sus manos sudorosas antes de dar unos leves golpes a la puerta, respiró profundo hasta que escucho la puerta abrirse, entonces miro.

Psicópata || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora