La familia Choi no era pobre, pero tampoco adinerada, y gracias a esto, había veces que no se podían dar ciertos lujos como ellos quisieran, pero a veces Heiran hacía excepciones por sus pequeños hijos. El padre de Yeonjun se fue a Estados Unidos por temas de "trabajo", aunque no pudo verle la cara a la jóven madre, ella sabía que se fue con su amante, así que Yeonjun lo recuerda muy vagamente y su mamá nunca lo mencionó, de hecho evita el tema, pero cuando le preguntan sobre él, ella solo dice que le va bien en su trabajo y les manda dinero de vez en cuando, nadie llegó a dudar lo que decía, si alguien lo hacía, no había pruebas para demostrar lo contrario. Heiran amaba mucho a sus hijos, Daeri y Yeonjun, ellos fueron suficientes para salir adelante cuando su mundo se le cayó encima, pues se había encontrado fotos de su esposo y la jóven hermosa con la que se estaba besando, no pudo evitar caer en depresión, pero tenia que sacar no era el fin del mundo, todavía tenía a sus hijos, aparte la pregunta de qué harían a temprana edad sin sus padres la consumía, aunque tienen a sus abuelos, pero sería injusto y egoísta de su parte que ellos se quedaran a cargo, ellos ya están muy cansados como para ponerse a trabajar y cuidar a los niños, por eso Daeri es la segura y trabajadora mujer que es ahora. Cabe mencionar que cada vez que se aproxima el cumpleaños de uno de los dos pequeños, ella se motiva a seguir luchando para poder ver crecer a sus hijos felices, eso le hace mucha ilusión, por esa razón es que en sus cumpleaños la jóven madre los consiente muchísimo, les compra lo que quieren y si ellos quieren pasar tiempo con sus amigos, les organiza una pequeña fiesta para que se diviertan con sus amigos del vecindario o de la escuela y puedan tener un buen rato todos juntos, por eso para Yeonjun y Daeri su cumpleaños es una fecha muy esperada, ya que ellos se sentían muy felices por todo lo que su mamá hace por ellos en esas fechas.
Y esta ocasión no era diferente, cada vez faltaba menos para el cumpleaños del pequeño Yeonjun, casi siempre él sugería ir a la casa de su abuela, ya que amaba estar con ella y claro, también le hacía muy feliz visitar a sus mejores amigos que viven en la pequeña ciudad en la que vivía la dulce abuelita, y este cumpleaños sería igual. Heiran llevaba semanas ahorrando para poder complacer al pequeño en su día especial y poder visitar a la abuela, aunque también tenía planeado comprarle una casa de muñecas a su hijo, ella recuerda que cuando era niña, por la casa de su madre había una tienda que vende cosas antiguas y alguna vez llegó a ver una casa de muñecas en la vitrina, era un poco tétrica y por eso nadie la llegó a comprar, cuando ella estuvo ahí por última vez, todavía seguía ahí, así que tenía la esperanza de que nadie la hubiera comprado, ya que ella sabía que a Yeonjun le haría mucha ilusión tener una casita para él solo, también tenía que comprarle muñequitos para que vivan ahí y obviamente accesorios para la casa, ya que ha visto al pequeño acomodar cuidadosamente cada mueble en un cuarto de la casita de su hermana.
Yo llamando a la inspiración
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Dollhouse ~ Soojun/Yeonbin
FanficA Yeonjun le fascinaba jugar con la casa de muñecas que le regalaron por su cumpleaños, pero, lo mejor era aquél lindo muñeco, pero algo que él no sabía es que no era un juguete común e inocente.