Dollhouse ~ Soojun/Yeonbin

~Cap. 1~

Yeonjun iba caminando con su mamá de regreso a casa, iba caminando con cuidado de no pisar las rayas del suelo, no iba prestando mucha atención hasta que algo llamó su atención; una tienda de juguetes. Yeonjun no pudo evitar sentir curiosidad y convenció a su mamá de entrar a la tienda, tal vez también pueda convencerla de comprarle algo, ¿Quién se lo negaría a esa carita de cachorrito?.
Cuando se adentraron a la tienda, la mamá de Yeonjun sentía vibras extrañas, pero su hijo interrumpió sus sospechas cuando lo escuchó hablar.

Mami... -Yeonjun rompió el silencio- Quiero ese muñeco... ¿Me lo compras?

La jóven madre no pudo negarse, así que preguntó por el precio del juguete.
¿Cuánto cuesta? -Preguntó con una sonrisa dudosa- Cariño, ahora mismo no cargo mucho dinero conmigo... ¿Recuerdas lo que repasamos la otra noche sobre los números? Bueno, si el muñeco tiene más de tres dígitos no podré comprarlo ahora.

Yeonjun entendió a la perfección lo que su madre le dijo, el dueño de la tienda que ahora sostenía el muñeco parece que también lo comprendió, así que le enseñó la etiqueta del precio al pequeño para que pudiera contarlo.
Tiene uno... Dos... Tres... -Yeonjun hizo un puchero-

No te pongas triste, cariño, será luego, ¿Sí? -Ella pensó que diciéndole eso bastaría, pero el pequeño seguía con una cara triste.- ¿Quieres un helado?

¡Sí, helado! -Parece que el helado era suficiente para hacer que se olvidara de su tristeza.-

Cuando llegó a su casa después de pasar un buen y agotador rato con su madre, cualquiera pensaría que llegaría a dormir, pero, fue directo al cuarto de su hermana, ya que uno de los pasatiempos favoritos de Yeonjun era jugar con la pequeña casita de muñecas de su hermana. Estaba a un paso de llegar al cuarto cuando su hermana le cerró la puerta en la cara, desde el otro lado de la puerta le gritó -¡Ya no te dejaré jugar con mis juguetes, tú tienes muchos, así que pierdelos a ellos!-, el pequeño tardó en comprender lo que le dijo, pero recordó que había perdido una muñeca y ella apenas se había dado cuenta. No pudo evitar sentir culpa y tristeza, así que se puso a llorar, Yeonjun solía obtener burlas por ser un poco sensible, pero a él no le importaba expresar sus sentimientos abiertamente, así que era inevitable que en ese momento derramara lágrimas de tristeza, él realmente amaba jugar con la casita de muñecas.

Yeonjun, ¿Qué pasa? -La madre se acercó al pequeño y le acarició la espalda para reconfortarlo- ¿Tu hermana te está molestando?

Me dijo que ya no me va dejar jugar con sus juguetes -Apenas y pudo terminar la frase cuando empezó a llorar más.-

Ay, cariño... Algún día te compraré una casa más linda que la de tu hermana, deja de llorar, ¿Sí?.