Capitulo 5

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Se acercó a la puerta para abrirla y ver quién era el desesperado que interrumpió su sueño y lo hizo bajar de su habitación con una bata de ositos y sus pantuflas de igual manera combinadas.

Imasu se había ido temprano, más de lo habitual, dijo que tenía mucho trabajo y algunos papeles que entregar por lo que Magnus sólo asintió dandole la espalda sobre la cama para seguir su sueño reparador. Hasta que lo interrumpieron

Abrió la puerta con un bostezo en la boca, pero después sus labios hicieron desaparecer esa forma para transformarla en una sonrisa por ver a su amigo ahí.

–Simon que haces aquí tan temprano— se hizo a un lado para dejar entrar al menor

–Vine a verte, pero también a preguntarte cómo te había ido con tu "cena importante"—se arrojó al sillón llevando sus manos a su nuca

—Todo salió bien, los jefes de Imasu se fueron con una enorme sonrisa.— trató de quitar a su amigo para sentarse

—Pensé que eso de cocinar no se te daba, ahora veo que has estado ocultandomelo.— se reacomodó en el sillón

—Bueno no niego que tuve un poco de complicaciones, de hecho se me quemó todo y era un completo desastre.— Simon no pudo evitar soltar una carcajada.

—Entonces ¿Qué hiciste con toda la cena?— preguntó relajando un poco su risa

—Pude arreglarla con la ayuda de Alexander.– el mayor asintió con una sonrisa de lado

—Así que ya te llevas bien con el vecinito hehe.— mantenía su sonrisa ladina

–Ni siquiera pude agradecerle...lo corrí, literalmente, porque no quería que Imasu malinterpretara algo.—agregó el menor tratando que su amigo cambiara ese cara que lo avergonzaba

—Y que esperas para ir y disculparte Magnus, a veces siento que eres un poco lento para procesar las cosas.—se levanto de su asiento empujando a su amigo hacia la puerta.— debes de llevarte bien con tus vecinos, no seas grosero y ve.

–¿Que? No claro que no, ni de broma voy– se quitó las manos de encima, negando repetidas veces con la cabeza.

–Magnus no seas necio. Tú y yo sabemos lo mucho que te atrae– puso de nuevo esa miradita divertida que hizo rodar los ojos el menor.

–Eso es una vil mentira

–¡Te gusta, te gusta!– empezó a canturrear su amigo mientras movía rítmicamente las brazos de Magnus.

—¡Ya!, está bien ahora vuelvo y no toques....—fue lo último que dijo ya que su amigo lo saco de su departamento cerrando su puerta en la cara.

El menor con un suspiro rendido, se acercó a la puerta de Alexander la cuál estaba a escasos centímetros.

Se acercó tratando de no hacer ruido, y no supo porque si de cualquier modo iba a tocar la puerta. Se decidió por fin y tocó unas dos o tres veces esperó un poco cuando escucho la voz del mayor detrás de la puerta lo que le hizo ponerse más nervioso de lo que estaba y Magnus ni siquiera sabía la razón.

Cuando se abrió la puerta, pudo apreciar a su vecino palido con aún pijama y unas lindas sandalias rosas. El menor mordió su labio para no reír.

–Magnus, a que se debe tu grata visita- dijo con voz mas ronca de lo normal pero aún así no dejaba de bromear

–¿Estás enfermo?- preguntó

–No es nada, no te preocupes.

–¿Has tomado algo?— preguntó por segunda vez

—Vamos Magnus, no me digas que ahora te preocupas por mí.— trató de reírse pero un ataque de tos se lo impidió

—No me salgas con eso ahora, mira cómo estás déjame hacer algo para ayudarte.— se metió a el departamento del mayor cerrando la puerta detrás de él.

Llevó al contrario a sentarse en el único sillón que encontró en su livining.

–No necesitas hacerlo, ya te dije que estoy bien.— trató de pararse del sofá

—Tienes calentura Alexander, necesito un trapo con agua para bajartela.— el menor mantenía su mano en la frente del contrario, se levantó para buscar el trapo pero el mayor lo impidió tomándolo del brazo.

—Magnus.—lo llamó mirándolo directamente a los ojos.—mi calentura sólo se puede bajar de una forma– sonrió maliciosamente

–No digas estupideces y mejor...— sus palabras fueron interrumpidas por unos labios, y esos se estamparon en los labios del menor, si, el mayor lo estaba besando ahora.

Ese beso lleno de necesidad por parte de los dos, Magnus tardó un poco en corresponderle el beso pero al final lo hizo y no supo cómo pero le encantaba esa sensación en sus labios que poco a poco fue mas allá que un simple roce.

Alexander mordió levemente el labio inferior de el menor para pedir acceso a su lengua y explorar su boca. Fue un beso duradero en los que estuvieron presentes algunas caricias por parte de Alexander en la cintura de Magnus.

Magnus no pudo pensar claramente, en ese instante todo sus problemas, disgustos, enojos, todo, todo se le olvido y sólo podía sentir esos dulces labios en los suyos y su corazón latir a toda prisa.  Las manos del menor se dirigieron al pecho contrario sólo para empujarlo y separarlo lo posible para poder respirar. Juntaron sus frentes tratando de regular sus respiraciones, Alexander mantenía sus ojos cerrados mientras se le formaba una sonrisa traviesa en sus labios, sus manos en ningún momento dejaron de acariciar la cintura del menor, pero quería sentir más de piel, aunque Magnus no lo dejó. Por parte del menor, aún no había reaccionado a lo que había pasado, hasta que la imagen de Imasu lo hizo volver a la realidad.

–L-Lo siento...no debí..

–Magnus...—pero el menor ignoro el llamado de Alexander y se apresuró a la puerta donde se detuvo antes de salir del departamento

—Espero que te recuperes pronto Alexander.- dijo el moreno sin voltear a ver a Alexander y después de eso dejó a un chico pálido confundido, enfermo y sobretodo con un problema entre sus piernas.





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