Capitulo 8

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🅕🅛🅐🅢🅗🅑🅐🅒🅚

Magnus pov

No podía parar estaba inmerso a esas caricias y besos que el mayor me daba, era casi imposible contenerse a sus labios tan bien formados y rosados. Estaba enloqueciendo, mi ropa poco a poco fue desapareciendo y la de él igual.

Sin darme cuenta me encontraba debajo de mi vecino, aunque no hubiera aceptado su estupida oferta ya me estaba entregando a él. Es que volvemos a lo mismo, es irresistiblememte hermoso.

–Sera una noche innolvidable para los dos Magnus.– susurró cerca de mi oído

–Aceptare lo que me pediste.– ya no era conciente de nada, mi mente y mi cuerpo sólo pedían estar con él. Alexander sonrio emocionado y antes de que dijera algo yo conteste.

–Pero con una condición ¿de acuerdo?

–Te prometo que te haré gritar mi nombre para que los vecinos conozcan mi nombre.– dijo bromeando

–Idiota...lo haremos, seremos amantes, nos veremos cuando mi marido se vaya y actuaremos en público como si no nos hubieramos visto, pero sobre todo...no quiero que haya cualquier otro sentimiento. Prométeme que esto no llegara a más. Simplemente sexo ¿está bien?.– Alexander no dijo nada y me miro serio

Se que lo que hago esta mal, tener un amante cuando estas casado eso no tiene perdón, pero si lo haría sería solamente eso como él lo habia dicho satisfacer nuestras necesidades. No quiero llegar a enamorarme de él ni mucho menos sentir cualquier sentimiento.

–Está bien Magnus, será como tu digas.– dicho esto empezó a besar mi cuello con desesperación.

Nos encontramos acostados en su cama, la ropa por todas partes y nuestros cuerpos sudados chocando y haciendo fricción.

Alexander quitó mi última prenda y me miró desnudo, cada parte de mi cuerpo, me sonroje ante tal acto. Empezó con suaves e inquietantes besos en mi abdomen, más bien eran pequeños roces que me estaban matando lentamente.

Sin embargo, yo no quería que hiciera todo el trabajo, así que lo atraje hacia mí y empece a besar su cuello marcandolo como el anteriormente lo había hecho, Alexander no pudo evitar soltar un gemido.

Empezó con un ligero movimiento de caderas haciendo fricción en nuestras partes bajas. Tampoco puede evitar soltar ese ligero gemido que por lo visto le encantó a Alexander.

–¿Estás listo bebé?.– me preguntó mirándome a los ojos, pero yo los tenía entre cerrados por el placer que este me provocaba.

–Ha-hazlo ya...- ya no me importaba como me llamara, a estas alturas lo único que quería era liberar la excitación que se desbordaba en todo mi cuerpo.

Metió un primer dedo en mi entrada, un grito de dolor se escapó de mis labios pero después fue desapareciendo convirtiéndose en uno de placer. Metió un segundo y al momento un tercero, empezó a moverlos dentro de mi mientras yo arque mi espalda por la excitación que sentia.

Sentí un vacío cuando quitó sus dedos de mi interior, pero empecé a temblar cuando sentí la punta de su miembro aproximarse a mi entrada.

–Si te lastimo por favor has que me detenga.– dijo en un tono preocupado, jamás habia escuchado ese tono de él yo solo asentí, estaba más que perdido por tanta excitación.

No esperó más y fue introduciendose en mi moviendo sus caderas y atrayendo las mías a él, empezó con embestidas lentas y suaves, las cuales poco a poco me estaban matando...aunque lo negara quería más.

–Alex-Alexander...ah!...Alexander!

Era grande, Alexander era muy grande y no sólo de edad. Me estaba rompiendo en todos los sentidos y yo, estaba más que encantado en que lo hiciera.

Con mis piernas rodeé su cintura haciendo mas profunda las embestidas, a lo que Alexander no se negó y empezó a ser aún mas salvaje y agresivo después de un rato. Toco ese punto tan sublime que me llevaba a ver literalmente estrellas, ese punto al que me llevaría al orgasmo. Y así fue después de unos minutos, me corrí en el vientre de los dos haciéndome avergonzar un poco.

Después de eso Alexander se corrió dentro de mí, tratando de controlar nuestras respiraciones salió lentamente de mí y se recostó a un lado mío abrazándome por la cintura.

–Es el mejor sexo que he tendio, te lo aseguro.– me susurró aferrándose más a mi cintura.

Me negué a contestar algo, y es que de verdad me había gustado y eso era lo malo, había engañado completamente a mí marido. No pude creer que tan bajo caí con sólo el pretexto de querer olvidar mis problemas y sobretodo olvidar que Imasu y yo no teníamos un futuro ya juntos.

Sentí pesadez en mis ojos y los cerré para adentrarme al mundo de los sueños...mañana sería otro dia.

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Había buscado mi ropa por todo el cuarto, estaba nervioso y desesperado. Como demonios me habia encontrado Simon, sinceramente no creo que me escape de sus miles de preguntas así que tengo que planear una mentira realmente buena para convencerlo.

Después de cambiarme saqué del departamento de mi ahora "amante" a mi amigo y lo lleve directo a mi departamento.

–¿Ahora si me explicaras que esta pasando?– dijo viendome a los ojos seriamente, su mirada era fría y llena de dudas y enojo.

–No tienes por que molestarte Simon yo solo estoy tratando de llevarme bien con él, como me dijiste.– respondí con sencillez.

–Mira Magnus, yo se que aveces soy distraído pero no soy idiota...dime la verdad.– se paró frente a mi ahora con su mirada intimidante

–Esta bien te lo dire.– hice una pausa dramática.– salí a comprar unas cosa a la tienda y empezó a llover, regresé mojado y lleno de lodo por todos mis zapatos asi que me encontre con Alexander y se ofreció a ayudarme, me presto una toalla para secarme y más ropa mientras se secaba la mía eso fue todo.

Simon entre cerro los ojos

–¿Y porque estabas durmiendo en su habitación?.– pregunto con una ceja arqueada.

Maldición

–Pues porque me quede dormido en su sillón despues de ver una película de terror y Alexander me dijo que usara su habitación y el se dormiría en el sillón...eso es todo no hay nada raro sólo es un vecino amable que me ayudó.– encongí mis hombros quitandole importancia.

Vaya soy bueno para la actuación. Aunque debo admitir que si alguien me dijera ese tipo de cosas obviamente no le creería ni la mitad de eso.

Me miro extrañado pero después de un rato análisando mi rostro sonrió un poco.

–Esta bien te creeré, pero al menos deberías comunicarte conmigo, estaba demasiado preocupado.

Miro rápidamente mi teléfono y veo que tengo 5 llamas perdidas y 4 mensajes, todas ellas de Simon. Rayos me había olvidado completamente de mi celular.

Pero ningúna llamada ni un mensaje de Imasu, al parecer no se preocupó ni un poco por mi ni preguntó donde rayos estaba. No pude evitar sentirme triste y desilusionado, nuestra relación tal vez ya no tenga arreglo.

𝓒𝓞𝓝𝓣𝓘𝓝𝓤𝓐𝓡𝓐....

Maraton 1/3

Amantes    ¦Malec🖤¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora