Capítulo 6 - El día siguiente

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Al abrir los ojos me sentí rara, empecé a recordar todo lo que había pasado y no pude evitar sonreír, la busqué pero no estaba en la habitación, no estaba segura si esperarla o salir  de ahí.

Esperé unos minutos recostada en la cama, mientras pasaba por mi cabeza una y otra vez la escena de la ducha,  de lo bien que me hizo sentir, de su cara, sus manos, su voz, toda ella.

De repente las cortinas de la habitación empiezan a subir por si solas, aparece la vista más impactante y maravillosa que jamás haya visto, había naturaleza hasta donde mis ojos podían ver, colores brillantes, montañas, pájaros volando, un jardín lleno de Magnolias y  el agua celeste de la piscina de la casa.

Me levanto de la cama y empiezo a observar cada detalle de la habitación, tenía un estilo único, sabía que cada objeto había sido elegido cuidadosamente por la misma persona...ella? ¡Claro que ella! pensé, está casa es igual de perfecta y hermosa a ella.

Quería verla y hablar con ella, conocerla, saberlo todo, era como una nueva obsesión, y cuando algo me gusta, soy intensa y no paro de serlo hasta cansarme. Así que salí de aquella habitación para buscarla.

- ¿Hola?

digo en tono suave

-holaaa

subo el tono de voz pero no hay respuesta, hay un olor delicioso a comida recien hecha, sigo caminando hasta llegar a la cocina de la casa, y veo a una mujer joven y peliroja

J: Julieta Giraldo

J: Buenos días, tu debes ser Martina.

- Buenos días, emm así me llaman si.

- tu eres?

J: Mucho gusto Martina, yo soy Julieta o Juli si prefieres, soy la que le ayuda a la Señora Galvis en la casa.  Ella está arriba en una reunión de trabajo, me pidió que te preparara algo de comer y que te despertara.

Mientras yo intentaba procesar que Angélica, la mujer con la que había estado la noche anterior, era la persona más millonaria que había conocido, Julieta me hablaba y sevía con amabilidad y  una sonrrisa en su rostro:

J: ven siéntate

J: ¿mermelada?

J: con o sin azucar

J: ¿quieres algo más?

J: no, deja, yo me encargo de los platos.

Yo no soy de esas personas que les guste hablar mucho,  y aunque intentaba responderle amablemente siento que estuve muy callada durante todo el desayuno porque no podía dejar de pensar en Angélica. Al terminar de comer, Julieta me lleva a una de las habitaciónes de la casa.

J: Marti,  toda la ropa en esta habitación es nueva, puedes darte una ducha y escoger lo que quieras para ti. Aquí te dejo lo que necesitas.

Me dejó encima de la cama una toalla y productos de limpieza, salió de la habitación y cerró la puerta.  Yo no podía estar más impactada de todo lo que había vivido en tan solo media hora, ¿Cómo es posible que Angélica tenga todo un closet lleno de ropa?, ¿Para quién?, lo que si sé es que para ella no era porque tiene su armario lleno de ropa y no es exactamente del estilo que había en esta habitación, a ella le gusta lo elegante, negro, sofisticado... y en esta habitación había ropa de todo tipo, con mucho más color, debo admitir que muchas de las prendas me encantaban, las faldas y vestidos color pastel eran de mis favoritos. 

Estaba claro que no necesitaba otra ducha, así que elegí una camiseta blanca con encajes, tenis blancos  y una falda color azul celeste, y mientras me vestía comencé a pensar que quizá si ella no estaba allí conmigo era porque quizá no quería verme más y que la reunión de trabajo era una simple excusa para echarme de su casa, y aunque no quería hacerlo, salí de aquella habitación para buscar mi ropa y el dinero para salir de allí.

Entré nuevamente a su cuarto y encontré el dinero justo donde lo había dejado la noche anterior, por otro lado, la ropa no estaba en ninguna parte, decidí quedarme con lo que tenía puesto, suponía que en algún momento se lo devolvería,  tomé del closet de ella un abrigo negro y le escribí una nota en el espejo de la habitación:

"Gracias por salvarme, te devuelvo la ropa en unos días <3 <3 <3"

Salí de la casa sin siquiera avisarle a Julieta, no quería incomodar  a nadie, cerré la puerta principal despacio y al dar unos cuantos pasos me dí cuenta que no sabía a donde ir, ni siquiera sabía bien en donde estaba, pero lo que si sabía era que me encontraba en una montaña en la que no había nada ni nadie, pero por supuesto que no me iba a devolver, así que seguí caminando, ¿A donde? nose, pero lo que tenía claro esque no quería ser una carga para nadie. 

Pasando veinte minutos seguía sin encontrar nada, bajaba por una carretera infinita, a lo lejos escucho el ruido de un carro aproximándose, en mi cabeza solo pensaba: "por favor que sea ella, ella, ella" ¿Que otro carro podría venir de allí?, ¡claro que es ella!, no quería mirar hacia atrás, quizá por mi enorme orgullo o por el miedo de voltear y no verla, así que seguí caminando como si nada mientras el sonido del carro se acercaba cada vez más,  depronto, veo su camioneta negra pasar al lado mío, era ella, pero nunca se detuvo, era imposible que no me hubiera visto por lo estrecho de la carretera, eso quería decir que yo estaba en lo cierto y que ella no me quería volver a ver, nose porqué pero sentí un vacio horrible, y aunque era practicamente una desconocida, lo que viví con ella fue la mejor experiencia de mi vida. Seguí caminando sin esperanza y con unas cuantas lágrimas en los ojos, pero al pasar la curva de la carretera la veo a ella, muy tranquila, con sus gafas de sol y recostada en la parte de atrás de su camioneta mientras tomaba una botella de agua, me detuve por un instante y no pude contener una sonrrisa.

A-  A ti te encanta caminar ¿no? y más con el sol ardiente del día, yo la verdad esque soy más de bici. 

- Buenos días, le dije como si nada hubiera pasado.

A- Bueeno nose si muy buenos que digamos,  imagínate que hoy alguien rayo todo mi espejo con este marcador, me dice con tono sarcástico y saca de su bolsillo el marcador que yo había utilizado.

sonrreí

A- Muy linda tu obra de arte la verdad, el problema esque necesito otro espejo porque este marcador es permanente.  

empieza a caminar hacia mi

A- y me puse a pensar, depronto la persona que hizo esto ¿no le gustaba mucho mi espejo verdad?

acerca su cuerpo al mío mientras las dos sonrreíamos.

A- Así que dije, depronto esa persona quiera acompañarme a comprar uno nuevo, digo, uno más de su gusto. 

me da un pequeño y suave beso 

A- ¿vamos?





¿Listos para lo que se viene?, un abrazo, Alana <3.











El Ángel de MartinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora