Capítulo VII: ¿Coincidencia? No lo creo

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•Parque•

Al final, Temo terminó ganando el juego, aún era ágil a pesar de no haber jugado por un largo tiempo.

— Aún tengo condición — dice Temo al ver que no se cansó ni por arte de magia.

— Eres bueno — dice Arquímedes algo cansado del mega partido que se echaron.

Temo contra los griegos, un partido de dos contra uno, y aún así, Temo ganó.
Ya se habían puesto de acuerdo con la apuesta que en un principio era entre Aris y Arqui, Aris se encargó de comprar un helado tanto para Arquímedes que tenía un antojo de helado de hace más de una semana, y también para Temo, desconociendo todavía de quién era él realmente.

La señora del carrito solo atendía a una persona por pedido, sumandole que tiene un genio de la fregada, Aris estuvo ahí formado detrás de 4 personas más que le estaban armando casi casi una mega bronca.

— Muchas gracias, pero no era necesario comprarme a mí uno amigo— dice Temo.

— No señor, realmente se merecía un helado, ya había acordado eso con mi hermano ¿Verdad Ari? — dice Arquímedes comiendo un poco de su helado que ya empezaba a derretir.

¿Un momento? ¿Dijo Ari? ¿Ari de Aristeo? ¿O Ari de Aritz? O... ¿A de Aristóteles? Temo estaba tratando de procesar la información, algo asustado creyendo que era el mismísimo Corcega que lo conquistó. Sacudió su cabeza y dejó de pensar en ello, durante años, Aristóteles fue el motivo del dolor de su corazón, no quería sentir eso en éste momento.

— Señor ¿Se encuentra bien? — dice el pequeño Arquímedes tocando el hombro de Temo.

— Ah, no, no pasa nada, es que tengo muchas cosas en la cabeza — ríe pasando su mano por su nuca algo nervioso — Apenas y me pude zafar de mí trabajo.

— ¿En qué trabaja?

— Trabajo en un partido político y soy reportero de medio tiempo.

— ¿Es difícil?

— No sé si considerarlo algo difícil amigo, pero te presionan como si fueses una uva para hacer vino, casi no te da ni tiempo de respirar.

— Entonces sí es difícil, lo único que puedo decir es que si usted se siente cómodo con lo que hace y le gusta su trabajo siga ahí, y si no, siga lo que dicte su corazón, porque...

El corazón nunca se equivoca — dice Temo al unísono con Arquimedes.

Arquimedes mira sorprendido al chico se buzo rosa, aparte de Aris, Polita y Eduardo, y a Temo cuando Aristemo existía, nunca había escuchado a alguien más decir esa frase.

— Era algo que un conocido que ya no veo solía decir cuando joven — dice Temo, jugando con el anillo que alguna vez Aris ocupó en su mano.

— Este...

— Arqui, aquí tienes, y éste es para usteeed... — dice Aristóteles regresando del carrito con tres helados en sus manos.

— López — dice Temo, desde que entró a trabajar, ya casi no acostumbra a que la gente lo llamase por Temo.

— Este es para usted.

— No era necesario comprarme uno, pero gracias.

— No señor, al momento en el que uno se une a jugar con mi hermano, se vuelve uno más en las apuestas que hacemos— dice para luego darle una buena probada al helado.

Temo ríe ante la bondad que hay en el corazón del niño ojiverde. Ya iba a darle un buen bocado cuando siente una pequeña gota de lluvia cayendo en su nariz.

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CONTINUARÁ...

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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[FANFIC] Es Demasiado Fuerte Y Ya No Sé Cómo Ocultarlo (Pausa indefinida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora