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Cuando desperté, el 6 de enero de 2019, el marcador electrónico no marcaba 2019 en los dígitos grandes. Marcaba 2020. Solo la fecha del 6 de enero era correcta. Recordé un diálogo con mi padrastro.

—¿Qué fecha es hoy?

—6 de enero de 2012, papá.

—¿Estás seguro?

Observé el periódico en la mesa de la cocina. También el calendario en la pared.

—Sí. Hoy es 6 de enero de 2012.

—Pero si hoy viajáramos a una isla. Y en esa isla todos sus habitantes te mostraran un periódico local con la fecha 6 de enero de 2013, y sus calendarios estuvieran marcados con la misma fecha. ¿Aún así dirías que tu fecha es correcta?

—Diría que todos los habitantes de esa isla están equivocados.

—¿Y si a partir de hoy vivieras en esa isla varios años? ¿La fecha de la isla seguiría siendo errónea en el futuro?

Ese día, en el laboratorio, me sentí en dos años distintos al mismo tiempo. Y hoy, en este segundo, estoy en el laboratorio y también fuera de él... Yeah, yeah, yeah.

Soy el puto gato de Schrödinger ahora.

144 conectoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora